Los 180 kilómetros de canales son Patrimonio Cultural de la Humanidad, pues conserva uno de los sistemas de cultivo más antiguo: el de chinampa
Redacción
Más de mil trajineras recorren a diario un canal de 180 kilómetros, que se encuentra instalado desde hace 232 años. Las viejas historias y leyendas continúan vigentes en la memoria de los xochimilcas.
Hoy el bullicio, se apodera de esas pequeñas embarcaciones en las que turistas, pobladores y productores se trasladan por Xochimilco en cualquier horario, los 365 días del año.
La diversidad de color, sonido y sabor se encuentra en la vendimia de elotes, diademas, flores, bebidas y comida, mientras escuchas la música de marimba, mariachi y a los historiadores relatarlos cuentos ancestrales.
Este “pedacito” de la CDMX es Patrimonio Cultural de la Humanidad, pues conserva uno de los sistemas de cultivo más antiguo, el de chinampa: pequeñas islas en medio del lago donde se siembra 12 diferentes tipos de lechuga, tábano, betabel, quelites y una gran variedad de flores.
Con 17 barrios y más de 14 pueblos, Xochimilco conserva muchas historias de la época prehispánica y de la fundación de la Ciudad de México, pero quizás la que más se ha transmitido de boca en boca es la de “La Llorona”.
“La Llorona es deidad de Xochimilco, que quiere decir mujer serpiente, es la creadora del género humano…Llora de impotencia de decir “pobres de mis hijos”, por la humanidad que comete errores, rememora la antropóloga María Teresa Herrera Ortiz.
Por las aguas del canal de Xochimilco ronda también el ajolote -anfibio endémico, que dicen que cura mil y una enfermedades- con su leyenda prehispánica. Es el “alimento de la humanidad” desde la época de los Mexicas, de ser un Dios se convirtió en el monstruo del lago por no querer trabajar ni competir contra Teotihuacán y Nanahuatzin.
“Es endémico y ahora escaso, se dice que regenera y es bueno para las vías respiratorias. Ese ser vivo está en los canales de Xochimilco”, explica.
Otro atractivo es la “Isla de la muñeca”, con sus sucias y tétricas caras de niña. El padre de todas esas figurillas ya murió, dicen que en el mismo lugar donde una pequeña perdió la vida años atrás al caer una trajinera. En esa mismo sitio fue encontrado en el 2004 don Julián sin vida.
Mientras recorres el canal apaciblemente, unas muñecas sucias y tétricas aparecen a la vista, y a lo lejos escuchas una mujer que se lamenta por sus hijos.