En el corazón del pueblo El Chico, en el municipio de Emiliano Zapata, una historia de 300 años se aglutina en la hacienda La Limpia Concepción De Nuestra Señora, hoy llamada Doña Leonor.
Sus tejas rojas, sus paredes color ladrillo y sus verdes enredaderas colgantes, remontan a tiempos antiguos. Después de la conquista, en la primera mitad del siglo XVII, la hacienda La Limpia Concepción fue una de más prominentes de la región de Xalapa, cuya principal actividad económica era el cultivo de la caña para producir panela.
La hacienda no es un museo para visitar, es una vivienda, pero no cualquier casa. Las habitaciones son inmensas, la cocina tiene al centro un fogón circular el cual utilizan. Ésta da salida a un gran patio empastado y a una alberca para zambullirse en días de intenso calor.
La sala y el comedor son igualmente espaciosos, sus paredes altas pintadas de color blanco hacen mirar al cielo del techo donde resaltan enormes vigas de madera, las cuales sostienen infinitas hileras de teja, mientras los pies descansan sobre grandes losetas de barro.
Fuera de la actual casa, divida por una calle sin pavimentar, se pueden apreciar imponentes ruinas: son muros de piedra de varios metros de largo, restos de lo que fue un acueducto cuya agua movía una rueda hidráulica y la maquinaria que exprimía la caña para producir cerca de 10 mil piloncillos.
“Cuenta la leyenda que en la esquina de uno de los muros de la ruina había un tesoro enterrado, pero ya se llevaron el dinero”, mencionó su actual propietario, Alfonso Sánchez.
Su historia se remonta a la esclavitud d la Nueva España: La mano de obra utilizada por los Mayorazgos de las haciendas eran principalmente indígenas, pero también esclavos negros traídos en barcos españoles al Nuevo Mundo.
Juan Díaz Matamoros era dueño de 11 mil 500 hectáreas y fue en el año de 1580 cuando inició la construcción de la hacienda, la cual constaba de casas de piedra y cal, una iglesia, una sacristía, una casa de batir barros, molino, una enfermería, cabellerizas.
Por más de 300 años la hacienda se heredó de generación en generación; sin embargo en la literatura no existe información precisa de quienes fueron sus siguientes propietarios.
El xalapeño Alfonso Sánchez Anell compró lo poco que quedaba a finales de 1940 e inicios de 1950. Don Alfonso no dudo en rebautizar a la Limpia por Doña Leonor, en honor a su madre.
Le llevó algún tiempo y mucho dinero realizar la primera restauración; aunque está consciente de que no puede permitirse deterioro alguno, pues para él es un honor habitar un sitio que narra lo que fue la expansión de conquistadores españoles en tierras mexicanas.
Detrás de las paredes yacían muros y arcos de más de 50 centímetros de grosor de cantería y mampostería, enmarcadas con paredes de adobe y piedra de una altura de más de cuatro metros, así como unas cuantas áreas en morillo de teja.
El tiempo es implacable y de nuevo comenzaron a resurgir estragos en la hacienda, así que para 2011 tuvo que realizar un segundo remozamiento de la gran casona.
Pero había otro detalle, Sánchez Anell, tuvo que solicitar permiso al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para proceder a dar mantenimiento; confesó que no tenía idea de cuando la dependencia catalogó a la hacienda como monumento histórico.
“Contraté al arquitecto Fernando Prado pues ya estaba muy deteriorado, pilares carcomidos, escaleras en mal estado y algunas partes derrumbadas. Nada se modificó, la condición del INAH fue que no se cambiara nada y que de ser posible se emplearan los materiales de aquella época”, comentó.
La localidad el Chico, tienen una extensión de 662 hectáreas y se localiza al Sur de Xalapa a 885 metros sobre el nivel del mar, sobre la carretera Xalapa-Chavarrillo, a una distancia de 15 kilómetros de Xalapa y en tiempo a tan sólo 15 minutos.
Si alguna vez estas de viaje por estos lares del Estado, date un tiempo y ven a conocer la hacienda de Doña Leonor y los restos de su acueducto.