Soltepec, la hacienda pulquera

Edgar Ávila

Huamantla, Tlax.-La imponente construcción, con sus altas paredes de piedra y adobe y sus remates  europeos, sus perfectos arcos y las amplias caballerizas, guardan un pedazo de la historia de un México que se niega a morir y resiste de una forma sumamente digna.

El edificio del siglo XVIII, ubicado a las afueras del municipio tlaxcalteca de Huamantla, resguarda los secretos de la gastronomía local, la cultura milenaria del pulque y el maíz, además permite vivir algunos días en una época que se fue pero que se mantiene viva.

La hacienda pulquera de San Francisco Soltepec, que fue una de las principales productoras de la bebida de los dioses, es una silenciosa testigo de la época porfiriana y de la revolución mexicana, pero también de los cambios de la sociedad.

Su estructura completamente rehabilitada da espacio para un gran hotel que se mimetiza con las  castañas, ocotes, raspadores y barriles de su Museo del Pulque y con las antiguas caballerizas donde se filmó la película “La Escondida” con María Félix y Pedro Armendáriz.

Se trata de un amasijo de historia en un solo lugar cuyos orígenes se remontan a la segunda mitad del siglo XVIII, pero cuya historia de la hacienda tlaxcalteca se centra en las décadas finales del siglo XIX, en medio de la época porfirista.

La hacienda era una de las grandes productoras del pulque en  todo Tlaxcala; pero la revolución mexicana cambió por completo el giro del, convirtiéndolo en los años 30´s en la sede de la primera escuela normal rural del estado.

A pesar de los cambios, una gran galera mantiene intactos todos los implementos para la elaboración de la bebida que surge del agua miel sacado del corazón de los magueyes, esos que la aún la rodean.

Juan Miguel Hernández González, un hombre que atiende la vieja pulquería, parece que es el mismo que se encontraba detrás del mostrador en aquel 1900. Su rostro, su piel y su forma de moverse dentro del lugar lo hacen a uno trasladarse a otras épocas.

“Pulque que estas en los cueros / Que tumbas a prietos y güeros / Santificado sea tu juguito delicioso / Vénganos veinte litros diarios a cada mexicano / Hágase su tinacal en la tierra y otro más grande en el cielo. Amen”, reza de memoria el hombre, el Padre Nuestro del Pulque.

Las garrafas con la bebida al natural o curada de coco, nuez y hasta piña siguen fermentando en el mostrador en espera de limpiar el cuerpo y el alma; las imágenes de los tlachiqueros junto con sus burros quedaron inmortalizadas  en el antiguo Tinacal de la Hacienda para da cobijo al  pequeño museo.

Las pencas de maguey colocadas sobre barriles de madera nos recuerdan una época dorada donde el pulque era el de mayor consumo en la Nación Azteca, hasta que llegó la revolución y con ello una falsa modernidad que introdujo la cerveza y el desprestigio del agua miel.

“Ave María yo no quería / Padre nuestro que bueno está esto / Ave María de lo que se gane se vaya a la pulquería  / Y si me sobra para curármela al otro día”, agrega Juan Miguel.

Cuenta la leyenda que Don Angel Zamora Briones, compró la hacienda de Soltepec en los años 40 y sus descendientes siguen siendo propietarios del lugar  donde en 1955 se filmó la película “La Escondida” con María Félix y Pedro Armendáriz.

A partir de ese momento surgió su nuevo ADN: un destino turístico y un símbolo importante de la historia y tradiciones de Tlaxcala que cada año recibe a miles de personas que gustan de la tranquilidad y porque no probar la bebida que hizo a la nación mexicana.

La Oración del Pulque

Pulque bendito, dulce tormento

Que haces afuera vamos pa adentro

Viva la penca señores que en el néctar del maguey

Tlachique de mis amores  que tomando soy un rey

Después quedo como un buey

Compartir: