Reciclan, trituran y funden el plástico para después convertirlo en objetos con formas tan variadas como su imaginación
Patricia Rodríguez
Xalapa, Ver.-En un intento por colaborar con el cuidado del medio ambiente, como parte de un proyecto estudiantil, cuatro alumnos de Ingeniería Mecatrónica del estado de Veracruz crearon dos máquinas para reutilizar el plástico que se desecha normalmente en los hogares. Ahora han elaborado “medallas” y están en vías de incubar su idea como negocio.
La propuesta podrá utilizarse en espacios cerrados, pequeñas empresas o hasta en el hogar. Además de contribuir al medio ambiente, los jóvenes apuestan a un modelo de negocio que puede ser redituable.
“Nosotros lo hicimos para que la gente haga conciencia de todo el plástico que se tira y para poder crear productos nuevos”, comenta Víctor Gerardo Mata Barradas, estudiante de Quinto Semestre en la Universidad de Xalapa (UX).
Fueron dos máquinas las que construyeron de cero: una tritura el plástico y otra lo funde para crear diferentes objetos, con formas tan variadas como su imaginación. De acuerdo al molde que se le coloque, será el producto que se obtenga… Puede ser la materia prima de simples souvenirs hasta prótesis ortopédicas.
“No hay tantas máquinas de este tipo como para pequeñas empresas y aprovechamiento.. Hay pero de uso industrial, que abarca toda una pared. Ese fue el reto y la aportación de nosotros”, enfatiza Miguel Garrido.
Se trata de un proyecto único en su tipo en el estado de Veracruz iniciado y potencializado por universitarios para reciclar la “basura”, específicamente el plástico que se genera en el consumo de detergentes, suavizante de telas, shampoo, cremas, productos para el cabello, algunos alimentos, entre otros.
Eduardo Martínez Romero explicó que en la primera parte del proyecto trabajaron con el PET (politereftalato de etileno), usado en envases de bebidas, pero se percataron de su toxicidad. “Alzando la temperatura, éste generaba unos gases que para las personas es contaminante, es hasta cancerígeno”, dice.
Después probaron con el plástico HDPE, el del símbolo de triángulo número 2. Es un polímero termoplástico conformado por unidades repetitivas de etileno que no desprenden toxinas, al contrario que las botellas de plástico transparente del agua envasada.
“Buscamos otra opción y la mas viable fue la del número HDPE, el del triangulo con el número 2 que son: Suaviteles, botellas de aceite, como es más denso, sacamos más producto”.
El costo de las dos maquinas financiado –en una primera etapa- por los propios estudiantes, pero posteriormente absorbido por la institución donde cursan sus estudios universitarios, fue de 15 mil pesos aproximadamente. En el mercado no se encuentran o tendrían un precio mucho mayor.
“Hicimos una investigación y tan sólo una máquina trituradora viene rondando los 25 mil a 30 mil pesos. En este caso fueron las dos maquinas y nosotros tratamos de reducir los costos”, explica Daniel Herrera Ruiz.
El primer producto que elaboraron fueron 550 medallas para los participantes de una carrera atlética con la que se conmemoró el 26 aniversario de la fundación de la universidad. El material utilizado fueron las botellas de plástico que generaron en los hogares de los cuatro estudiantes y algunos vecinos.
Los envases se lavan, se le quitan las etiquetas y las tapas. Después se meten a la trituradora para dejar el plástico en pequeñas unidades –del tamaño del confeti-, se pasa a la máquina de fundido, donde se calienta a más de 270 grados de temperatura, y se colocan los moldes para sacar las piezas deseadas.
“Siempre y cuando puedas hacer un molde, las posibilidades son muchas, casi cualquier cosa… Llaveros, prótesis (con varias piezas y luego armando), cable, filamento para impresora 3 D”, dijo Miguel Garrido.
Los jóvenes ganaron la Feria de Emprendimiento que organiza su institución educativa, por lo que entrarán a una fase de incubación para que su proyecto se pueda desarrollar como empresa. De inicio, ya tienen listo el modelo de medalla para la carrera Jaguares 2019 y algunas ofertas de trabajo.
“Vamos a darle seguimiento, tanto para ayudar como para reutilizar las cosas que desperdiciamos. Y si lo quieres ver como negocio también puede funcionar”, añade el joven.
La idea era ayudar al medio ambiente, insisten.