Por Fredy Martín Pérez
Esquipulas, Guatemala.-“Padre le rogamos nos bendiga con un trabajo digno para mi hijo, padre del cielo y Señor de Esquipulas. Pronto venimos. Familia Ramos Sandoval”, dice un agradecimiento en el libro de actas que está a dos metros del Cristo Negro, una de las imágenes más veneradas por los fieles católicos de América, después de la Virgen de Guadalupe, que es venerado el 15 de enero.
Marco Antonio Murcia Gáldamez, que ha trabajado durante dos décadas en la basílica de Esquipulas, inaugurada en 1759, durante el mandato de fray Pedro Pardo de Figueroa, obispo de Guatemala, asegura que ha visto una fe creciente a la imagen que se venera el 15 de enero.
Explica que entre el 13, 14 y 15 de enero, pasan frente al Cristo negro de Esquipulas, ocho mil feligreses para pedirle sanidad, trabajo, fortuna y cosechas abundantes, qu llegan procedentes de Estados Unidos, California, México, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Guatemala.
No todos los feligreses pasan frente a la imagen, porque miles más se reconfortan solo con escuchar la misa o llegar de rodillas desde la entrada del pueblo al templo.
En breves minutos, los feligreses, pueden depositar al pie del Cristo, una imagen de cera, una limosna o un breve escrito con la petición que quieren que se les cumpla.
Además del 15 de enero, que es la fecha que se venera al Cristo, los católicos llegan en forma masiva, el 9 de marzo, para recordar el día de 1594, cuando los curas asentados en el antiguo territorio de la etnia chortí, mandaron a tallar la imagen con el escultor portugués Quiro Castaño, en La Antigua, Guatemala, capital de Centroamérica y del territorio de lo que hoy es el estado de Chiapas.
Otra temporada masiva del arribo de fieles católicos a la basílica es durante Semana Santa, detalla Murcia Gáldamez.
Durante Semana Santa los católicos realizan procesiones y otros construyen alfombras coloridas de aserrín en las calles de este poblado ubicado en el punto donde confluyen los territorios de Guatemala, Honduras y El Salvador.
El 25 de julio, que es cuando se celebra al apóstol Santiago, es otra fecha memorable de los católicos, porque recuerdan el primer asentamiento donde permaneció el Cristo negro, hasta que fue trasladado a la Basílica actual en 1595.
Docenas y docenas de cohetes son quemados durante día y noche entre el 13 al 15 de enero, que los feligreses arriban a la basílica que permanece abierta las 24 horas. Las campanas llaman constantemente a misa.
Conforme se acerca la fecha de veneración del Cristo de Esquipulas, aumenta el número de feligreses que llegan a la Basílica. El pasado sábado y domingo llegaron tres mil 200 y tres ml 500 feligreses, pero para los próximos meses se espera un arribo de seis mil personas durante el sábado y domingo, hasta culminar con ocho mil el 13, 14 y 15 de enero, pero solo para pasar frente a la imagen para hacer una petición, porque otros solo ofrendan velas, se confiesan con los sacerdotes o escuchan misa.
Miles y miles de cohetes son quemados día y noche durante los tres días en que permanece abierta la básica, durante 24 horas.
Los 40 hoteles que hay en el poblado son insuficientes para alojar a los miles y miles de peregrinos que llegan en romerías, una de las más coloridas es la de los oaxaqueños que durante el trayecto de la entrada al pueblo al templo, obsequian copas de mezcal, dice un lugareño.
En la basílica a cargo de seis sacerdotes, laboran 30 personas que son los encargados de la limpieza de pisos, recoger la cera que derraman las veladoras, así como las figuras de cera que se usan para hacer peticiones de salud, las cartas y limosnas que dejan los feligreses.
En el atrio, donde permanece el Cristo negro, en una semana normal de visitas, el deshumeficador llega a recoger hasta cinco litros de agua, en los días de mayores visitas la absorción se duplica.
El abad de la basílica, Héctor Sosa Paz, rememora que cuando Quiro Castaño esculpió la imagen tenía otra tonalidad, pero por la exposición de la imagen al humo de las candelas, durante varios siglos, entones tomó el color que tiene ahora.
Para llegar a Esquipulas, se puede tomar la carretera que parte de El Carmen (Guatemala)-Talismán (México), pero también por La Mesilla (Guatemala)-Ciudad Cuauhtémoc (México) y recorrer un poco más de 600 kilómetros hasta llegar la localidad, donde se venera al Cristo.
Todos los años llegan miles de feligreses de Chiapas, Oaxaca, Veracruz y Tabasco, principalmente.