Por Miguel Ángel Contreras Mauss
Córdoba, Ver. – Enclavado entre las montañas que rodean al Volcán Pico de Orizaba, Atotonilco una comunidad de Calcahualco es todo un corredor de balnearios de aguas termales que desembocan en el río Jamapa.
De manera natural se han formado ríos que bajan desde lo alto del Volcán y que los pobladores han aprovechado para hacer albercas en donde se estanca el agua caliente, que funcionan como jacuzzi natural o chapoteadero.
Para llegar a esta comunidad uno toma la carretera federal Fortín-Huatusco hasta llegar al municipio de Coscomatepec, para después recorrer la estatal Coscomatepec-Calcahualco; al llegar a la cabecera de Calcahualco uno recorre otros 35 minutos en carretea embellecida por los verdes bosques y los bancos de niebla.
Al igual que épocas remotas donde las civilizaciones las utilizaban para curar enfermedades, en la actualidad estos pozos termales atraen a los visitantes por su atributo medicinal y curativo que tiene el agua, producto de la alta concentración de minerales y del proceso natural que atraviesa en su camino subterráneo.
El lugar, manejado por los habitantes, quienes cobran una módica cantidad para disfrutar de los baños calientes sin límite de tiempo, sin embargo, los ríos son totalmente gratuito y los visitantes pueden disfrutar de largas caminatas por los senderos.
En una vivienda de madera se cocinan las mejores truchas del lugar: Empapelada o en barbacoa cualquiera de las dos está para chuparse los dedos.
La familia Pesa creó un estanque especial para producir truchas; los comensales toman la red y atrapan al pescado que desean comerse, después es cocinado en leña y en menos de 15 minutos el plato, acompañado de una ensalada, arroz y tortillas de mano, está servido en la mesa.
Si el paseante quiere disfrutar un rato mucho más íntimo existen cabañas pegadas a la orilla del río que hacen del ambiente un momento inolvidable.
El contacto con la naturaleza hará que deseen visitar estas maravillas más de una vez al año.