Relata la historia de sus murales de los 500 años de la Vera Cruz
“Una palabra en la pintura que forma historia”: dice el muralista mexicano
Por Óscar Sánchez
Veracruz, Ver.-El artista Melchor Peredo García, considerado el último representante del muralismo mexicano, ha creado una nueva visión más humanista de la historia que unen a México y a España; pero sobre todo a Veracruz y a Hernán Cortés.
El hombre que creció artísticamente bajo la inspiración de José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, creó seis murales portátiles auspiciados por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes para conmemorar los 500 años de la fundación de Veracruz, el primer ayuntamiento de América Continental.
Las obras de arte, construidas durante más de un año (que incluyó el trabajo de investigación y plasmar los colores), serán exhibidas en los próximos días en el Palacio Municipal de Veracruz.
Peredo, quien aprendió la técnica de pintura al fresco, imprimió su sello personal en murales que diseñó y dejó para la eternidad en Estados Unidos, Canadá, Francia y México, cuenta de viva voz el ejercicio que significó retratar a Hernán Cortés, La Malinche, Moctezuma y a todos los involucrados en el proceso histórico:
“Mi dilema era como pinto el arribo de los españoles: voy hacer una rosa de Hernán Cortés, lo vamos a pintar como el gran héroe o como un villano y me tuve que remitir a la historia de la pintura mexicana”, confesó.
En entrevista con Identidad Veracruz, explica que hizo un análisis previo que le llevó más de ocho meses para documentar la historia de México y de Veracruz.
“Después de la Revolución Mexicana, vino un movimiento por el nacionalismo intenso y anti imperialista. Entonces se empieza a considerar el arribo de la cultura española como una invasión destructora, destructiva y el mejor ejemplo de este pensamiento lo tiene Diego Rivera cuando pinta en el Palacio Nacional a un Cortés que –dicen- parece Cuasimodo porque representa la horrible invasión española”.
El muralista recordó que fue hasta mediados del siglo con Orozco que retrata a un Hernán Cortés fuerte y esplendoroso.
“Hasta que, otra vez, culturalmente tenemos la aparición en la ex preparatoria San Idelfonso de una figura de Hernán Cortés, formidable, fuerte, feo y hermoso acompañado de una Malinche de iguales características, con lo cual Orozco dice: no, Hernán Cortés sí fue un chingón”, señala.
De ahí, explica, se planteó que herencia quería dejar Melchor Peredo, sabedor que la pintura habla, se expresa, cuenta y relata una historia, pero también marca un camino.
“De ahí hay un hueco enorme, hasta el momento en que ahora pretendo ser el continuador del movimiento que se inició con Diego Rivera de un muralismo útil y no de burdo, no de decoración ociosa sino que tenga un mensaje constructivo que esa fue la raíz de la idea del muralismo. Y bueno yo me dije: Melchor ¿qué pasa con el futuro? cuál es tu posición para que tú la digas como pintor, porque lo que tú digas eso va a quedar, es una palabra en la pintura que forma historia”.
Para Melchor Peredo los mexicanos están “abiertos” al futuro. Y desde su mirada, deben ver hacia adelante hermanados con España y dejando atrás lo malo que hicieron ambos pueblos en el pasado.
“Entonces, dije: Somos una raza nueva abierta al porvenir. Creo que no hay que ver hacia atrás, hay que ver hacia adelante, con lo que tenemos, con lo que somos. Con lo que dejamos de malo, también, porque dejamos atrás a la inquisición, dejamos atrás los sacrificios humanos. Entonces, tenemos que ver hacia adelante, hermanados con el pueblo democrático de España con García Lorca”, define.
Los murales
“El momento en el que arriban a Veracruz, al islote de San Juan de Ulúa descubierto por Juan Grijalva. El Lienzo de Tlaxcala describe que llegaron en barcas y retraté a una mujer indígena en un árbol viendo a dos hombres blancos”.
“Donde se constituye el primer cabildo en una fecha que se supone cercana al 22 de abril. Todo eso lo estamos reconstruyendo porque no se ha pintado nunca esa imagen de esta mesa, en la cual después de la misa que manda hacer un sacerdote ya se constituye el Primer Cabildo de América”.
“Cuando Moctezuma se ha enterado que ha llegado un hombre que posiblemente sea el Dios Quetzalcóatl y manda hacer todos sus atavíos, pectoral de cobre, cosas maravillosas de plumería y de oro para que fuera el traje de Quetzalcóatl. Y esas vestimentas las manda como regalo a Hernán Cortés. Claro, la Malinche está detrás de él. Imagínate a Hernán Cortés esperando, muy inteligentemente, que lo vistan unos cuates que sabe hacen sacrificios humanos”.
“La llegada a Villa Rica y Quiahuiztlan con 10 barcos, tres están en buen estado y los otros están para destruirse, ademá, Cortés ordena que nadie se regrese y concerta con sus capitanes hundir los barcos, algunos con todo y ancla”.
“Desembarcan de navíos los sacerdotes, seres entregados a la construcción de una nueva fe, de una nueva filosofía, una nueva moral, aunque cometen pecado horrible de la inquisición que nadie se los quita. Detrás un hombre que va cargando uno de estos cañoncillos que se llaman culebrinas que pesaba bastante y con un rostro como diciendo: me van a sacar el corazón”.
“El momento de la abundancia en forma de raíces de amate de La Antigua. Ahí llegan los españoles a fundar la tercera Villa Rica de la Vera Cruz en la cual ya permanece bastante tiempo, y llegan navíos de Portugal. Se hace comercio casi directo con la flota de España. La importación de esta carne que es el cerdo, pero también lo que México va a exportar la grana de la cochinilla, el índigo, pieles, el oro que no lo regalan”.
“En el último hablamos del negro, hablamos del esclavo que fueron quienes realmente construyeron Veracruz. Tenemos la presencia de Yanga, un hombre de 60 años que tiene el momento más interesante de todo este juego histórico. El momento en el que se levantan en contra del Virrey y es el primer libertador de México de esa Nueva España. Tenemos a una indígena dando a luz a un niño blanco con ojos claros”.
