Se encuentra ubicada en Coatepec, en la localidad de Pacho, a unos 15 minutos de la capital veracruzana
Por Patricia Rodríguez
Xalapa, Ver.-Registrada en el Archivo Notarial de Xalapa como ingenio de Nuestra Señora de los Remedios de Nexapa, la Hacienda de Pacho es el único inmueble en Veracruz en su tipo en Veracruz en el que se aprecian todos los elementos arquitectónicos y áreas funcionales de una antigua hacienda mexicana.
Los primeros dueños de la tierra donde se encuentra la Hacienda de Pacho -como se le conoce actualmente- fueron indígenas totonacos.
“De ellos quedan montículos y figuras de barro, flechas de obsidiana y otros artículos de piedra”, explica su propietaria, Marisa Moolick Gutiérrez, heredera de la historia de este lugar.
La hacienda se encuentra ubicada en Coatepec, en la localidad de Pacho, a unos 15 minutos de la capital veracruzana. Con más de 400 años de antigüedad conserva sus columnas, ventanas y pasadizos de la casa principal y la estructura del acueducto tal como lo concibieron sus primeros dueños: el portugués Juan de Quíroz y su socio Sebastián Díaz.
También resguarda los retratos de familia, los muebles europeos y una vieja cycada; así como el patio de labor, hornos y chacuacos; y la capilla del siglo XVII.
Marisa es tataranieta de don José Julián Gutiérrez y Damiana Hidalgo, familia de comerciantes del puerto de Veracruz que ya tenía dos generaciones en la Nueva España. Adquirieron la propiedad en 1840 y realizaron la primera gran remodelación: construyeron la casa grande en un estilo neoclásico y se modificó la fachada de la capilla. Eran los tiempos cuando Antonio López de Santa Ana disputaba la presidencia.
“Las estructuras más antiguas del casco de la hacienda son unos hornos, paredones y puentes que datan de los siglos XIV y XVII. La capilla fue construida en el siglo XVII y pintada por el pintor Alemán Juan Mauricio Rugendas en 1831”, comenta sobre donde se ofician misas y los vecinos del lugar acuden cuando hay fiesta patronal.
Una década después fue pintado el retrato familiar, aparecían Julián y Damiana en una obscura imagen con sus 12 hijos: José Julián, Francisco, Guadalupe, Ángela, Damiana, Emilia, Carolina, Sofía, Julio, Luis, Concepción y Dolores. Es la misma que aún se conserva en una de las recamaras principales.
Desde ese fecha, el inmueble de 20 hectáreas ha estado en la misma familia, por eso se conserva en muy buen estado; “hay algunas haciendas que les dan otra función y borran ese pasado”.
300 años de esclavitud
Otra parte de la historia que refleja la hacienda de Pacho es la esclavitud que duró cerca de 300 años por estos lares. En esa hacienda, historiadores estiman que estuvieron cerca de 80 personas traídas de África.
Aunque en realidad para este ingenio representaban la mano de obra especializada y los habitantes de la región hacían el trabajo pesado, relata la bisnieta de don Julián Gutiérrez. Los dueños solían vivir en la capital, por lo que dejaban la hacienda en manos de administradores.
Tras el triunfo de la revolución, como en otras tantas haciendas, la mayoría de sus tierras se convirtieron en ejidos y fueron repartidas entre los campesinos que antes las habían cultivado.
Set de películas y comerciales
Sus amplios espacios, la fuente principal, corredores, habitaciones y alrededores boscosos, han servido como inspiración para la cultura y las artes. En diferentes áreas de la hacienda se han filmado escenas de películas, comerciales y series.
Entre las producciones cinematográficas se encuentra Daño colateral de Arnold Schwarzenegger, Su Alteza serenísima, película dirigida por Felipe cazals, donde se relata la vida de Santa Ana, y un capítulo de Las Aparicio.
El bosque que rodea la hacienda fue mencionado por Alejandro Von Humboldt en su “Ensayo sobre la Nueva España”, después descrito por Guillermo Prieto y finalmente fue pintado por el mexicano José María Velasco.
Ni la reforma, el Imperio, el Porfiriato ni la Revolución han hecho perder los recuerdos que atesora la Hacienda de Pacho, historias de vida y de una sociedad antigua, ni la belleza del lugar en sus edificaciones y la naturaleza que los rodea.