Por Víctor M. Toriz
Veracruz, Ver. -Imponente y monumental, un edificio que se levanta 54 metros desde la base del suelo, recibe de frente los vientos del norte.
La obra arquitectónica de mayor relevancia de la época moderna que existe en la ciudad de Veracruz, muestra su rostro de frente al mar.
En el año 1950 el presidente Miguel Alemán ordenó la construcción de la sede del Banco de México y se planeó justamente en el sitio más representativo del puerto, el paseo del malecón.
La obra estuvo a cargo del destacado arquitecto Carlos Lazo Barreiro, con la única instrucción de que se tratara del edificio más alto del Golfo de México, fue en 1952 cuando vio inaugurado su proyecto.
Pero no solo cumplió la instrucción de construir el inmueble más grande de esa época en la región, al mismo tiempo elaboró una obra de arte que introdujo el concepto de urbanismo y paisajismo como parte integral de una misma edificación por primera vez en Veracruz, detalló el arquitecto Manolo Ruiz Falcón, quien encabezó el proyecto de rescate y remodelación del Centro Histórico entre el 2013 y el 2017.
“Fue el edificio más alto durante muchísimos años. Es un edificio de arquitectura nacionalista, con un estilo Art Decó Tardío, más inspirado en el nacionalismo que imperaba en la época después de la guerra mundial, que fue una arquitectura muy marcada por esas líneas y presentaba desafíos muy importantes, esas columnas que hoy están con unas través metálicas se diseñaron para contraventear la fuerza del viento del norte con una extraordinaria ingeniería que no permitiría que los vientos le hicieran algún daño”.
Entre 1970 y 1980 cambia su nombre a la Torre de Pemex, siendo ocupado por la empresa petrolera más importante del país. Entonces fue sometido a una serie de modificaciones arbitrarias, aunque su majestuosidad hizo imposible que perdiera su esplendor, agregó el especialista.
Pero no solo es una joya de la arquitectura moderna. El inmueble describe toda una época, su estilo moderno de corte nacionalista se ubica en el término de la segunda guerra mundial, el inicio de la globalización de los mercados internacionales en el que México ingresó con el primer presidente que no tenía una carrera militar y que buscó justamente describir una fortaleza macroeconómica.
“El edificio ha tenido muchísimas variaciones, cuando en los años 70s lo remodelan y pasa a ser propiedad de PEMEX, creo que en los años 80 y son oficinas generales de Pemex y le empiezan a desmantelar toda su cancelería original, hacen unas soluciones estructurales para los pilares que te comentaba y lo más drástico es que modifican todos los conceptos de sus jardines”.
El edificio está integrado por un impresionante mural titulado “Águila en Vuelo” obra del artista Jorge González Camarena, uno de los muralistas más destacados del arte moderno mexicano, obra que fue cerrada al público desde hace 15 años.
En la explanada tiene un conjunto escultórico realizado por el artista costarricense Francisco Zúñiga, considerado por la enciclopedia Británica como el mejor escultor de la política moderna mexicana, mientras que intelectuales lo ubican como uno de los 100 mexicanos más notables del siglo XX, pese a su nacionalidad.
Las obras tituladas “La Riqueza del Mar” y a un costado el bajo relieve llamado “La Cosecha” podrían ser incluso las esculturas más valiosas en la ciudad.
“Es el ícono arquitectónico que le da el sentido a ese perfil urbano junto con el faro Venustiano Carranza al malecón de Veracruz, el sitio más representativo de la ciudad”, dijo el arquitecto Manolo Ruiz Falcón.