Atlahuitzia, el majestuoso velo de novia

Miguel Ángel Contreras Mauss

Córdoba, Ver.-

Más de 120 metros de caída libre mide el velo de novia en una magnífica cascada. El cúmulo de agua cae con toda su fuerza, se rompe entre las rocas y desata una brisa que moja a los visitantes

A cuatro y cinco metros de profundidad, termina la caída de agua de la cascada, donde se sumergen cuerpos semidesnudos de turistas que buscan refrescarse tras una larga caminata por tramos empedrados.

A 22 kilómetros de la cabecera municipal del municipio de Zongolica, se asienta la congregación de Tepetlampa, lugar donde yace “La caída majestuosa” de Atlahuitzia.

Maravilla de la naturaleza que coincide con los nombres que se les da a éstos lugares de paz. Atlahuitzia, obedece al significado “Agua que cae”, según el origen náhuatl.

No siempre es posible llegar hasta dónde termina de caer la cascada, ya que su potencia  es tan fuerte que crece el río en el que desemboca y es imposible poder adentrarse hasta sus aguas.

Más de 22 kilómetros de camino de terracería de subidas y bajadas pero con un apreciable paseo de flora y vegetación abundante, es el recorrido que en tiempo se transforma a hora y media aproximadamente para llegar a la cascada de Atlahuitzia.

Desde la cabecera municipal de Zongolica, existen algunos taxis comunitarios que son los que usualmente se ocupan para todas aquellas personas que requieren viajar a ver mencionada cascada.

En la congregación de Tepetlampa,  a escasos metros de donde se ubica el velo de novia, se encuentran cabañas para pasar la nochecon el susurrro del agua cayendo mientras rompe en las rocas.

Atlahuitzia se encuentra en el corazón de Zongolica, uno de los municipios más grandes de Veracruz con una extensión de 300 kilómetros cuadrados, pero con una dispersión poblacional en 158 comunidades.

Con sus bellezas naturales -como las cavernas que se adentran al centro de la tierra, inmensas cascadas, rutas de senderismo-, Zongolica se ha revelado como una grata sorpresa turística.

Tan sólo en Atlahuitzia, mensualmente se reciben alrededor de 300 visitantes de Orizaba, Veracruz, Puebla y Córdoba.

El camino lodoso con piedras solo es el preludio del verdadero contacto con la naturaleza, así como con la flora y fauna. Un lugar mágico para recargarse de energía, eliminar la mala vibra, darse un buen chapuzón y reflexionar sobre las majestuosidades que nos rodean.

La cascada forma parte de las dos rutas más creadas en esta región indígena: la de Popocatl (agua que humea) que incluye una caída de agua subterránea de más de 70 metros, la cueva de Totomochapa y la gruta de los Tzimpiles, donde se celebra el ritual prehispánico “Xochitlallis”: una ofrenda a la madre tierra.

Y la ruta Atlahuitzia, con la visita a una cascada de más de 120 metros de altura, todo ello en medio de senderos escarpados que solo los más aventureros se atreverán a recorrer de la mano de los guías nativos, que conocen la selva como la palma de su mano.

 

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