Las haciendas, capsulas del tiempo en Veracruz

Por Óscar Sánchez

Veracruz, Ver.-El pasado de una nación y las semillas de un Veracruz, se encuentra diseminado a lo largo y ancho del territorio estatal en edificaciones antiguas que resisten estoicas el paso del tiempo.

Desde Xalapa y sus regiones contiguas, ruta de Hernán Cortés para llegar al centro del país, pasando por Córdoba y Fortín e incluso hasta el norte de Veracruz, viejos cascos de hacienda resguardan en su interior cápsulas del tiempo.

El fogón de Doña Leonor

En el corazón del pueblo El Chico, en el municipio de Emiliano Zapata, una historia de 300 años se aglutina en la hacienda La Limpia Concepción De Nuestra Señora, hoy llamada Doña Leonor.

Sus tejas rojas, sus paredes color ladrillo y sus verdes enredaderas colgantes, remontan a tiempos antiguos.  Después de la conquista, en la primera mitad del siglo XVII, la hacienda La Limpia Concepción fue una de más prominentes de la región de Xalapa, cuya principal actividad económica era el cultivo de la caña para producir panela.

La hacienda no es un museo para visitar, es una vivienda, pero no cualquier casa. Las habitaciones son inmensas, la cocina tiene al centro un fogón circular el cual utilizan. Ésta da salida a un gran patio empastado y a una alberca para zambullirse en días de intenso calor.

Foto: Identidad Veracruz

La patrona de los ciegos

De entre tantos lugares históricos con los que cuenta Fortín de las Flores, la Ex-hacienda de Monte Blanco es un lugar mágico que conjuga belleza, historia, arquitectura y naturaleza.

Se ubica en la congregación Santa Lucía Potrerillo, a 14 kilómetros al suroeste de la ciudad de Córdoba, a un costado de la carretera federal Fortín-Huatusco, en la zona centro del estado de Veracruz.

La Leyenda dice que esta comunidad, con 205 años de historia, recibió este nombre gracias a Santa Lucía, patrona de los ciegos y abogada de problemas de la vista,  venerada desde 1940 en la capilla con una procesión de la imagen por las calles del pueblo y se le cantan las tradicionales mañanitas.

La azarosa vida de la posada

Una higuera monumental observa desde las alturas las estructuras con cinco siglos de historia a cuestas. La calzada añosa con frondosos laureles, resguarda dos edificios testigos de todas las etapas del México antiguo.

Un manantial, un esplendoroso lago y una cordillera de montañas arropan a la ex Hacienda de El Lencero (junto con su capilla colonial y un curato reformado), ubicada a menos de cinco kilómetros de Xalapa, la capital del estado. La quietud de su entorno contrasta con su azarosa historia.

Con la llegada de Hernán Cortés, uno de sus soldados recibió una de las Mercedes Reales  para instalar una posada; luego fue ocupada como cría de ganado, cultivo de caña de azúcar;  morada del entonces presidente Antonio López de Santa Ana; se convirtió en empresa de ganadería, alfarería, hilaos; ocupada por revolucionarios… Y finalmente rescatada en 1981.

Los murmullos azucareros

Con solo pasearse por sus vetustas estructuras, la Hacienda de San Francisco Toxpan es un lugar que se disfruta. Durante más de trescientos años sus paredes han sido testigos del devenir cordobés.

Entre sus arcadas y enormes espacios se escuchan todavía los murmullos de los tiempos de la bonanza azucarera, que transitaba paralela a la obscura y siniestra trata de la mano de obra esclava.

La región de Córdoba fue una de las zonas azucareras más importantes de la Nueva España desde por lo menos mediados del siglo XVII. Existían desde esta época alrededor de treinta trapiches o ingenios azucareros, además de casi doscientos ranchos dedicados a la producción de tabaco y café en los alrededores de Córdoba.

El hogar afromestizo

Un asentamiento prehispánico en la zona centro de Veracruz resguarda la historia del mestizaje. Se trata de la ex hacienda de Almolonga, un rincón que rescata las expresiones y cultura afromestiza.

Esta hacienda fue de las últimas en desaparecer en Veracruz y tuvo su momento de esplendor de 1928 a 1942, bajo la dirección de Manuel Parra Mata, quien llegó al estado proveniente de Hidalgo.

Fue un hacendado que hizo relucir la hacienda, aunque la compró en quiebra. Sostuvo lazos fuertes con el clero y el poder político, “en este lugar se recibían gobernadores y gente de poder”, relata Rafaela Muñoz Rodríguez, encargada del Museo Comunitario de Historia y Etnografía de Almolonga.

Un reducto de Portugal

Registrada en el Archivo Notarial de Xalapa como ingenio de Nuestra Señora de los Remedios de Nexapa, la Hacienda de Pacho es el único inmueble en Veracruz en el que se aprecian todos los elementos arquitectónicos y áreas funcionales de una antigua hacienda mexicana.

Los primeros dueños de la tierra donde se encuentra la Hacienda de Pacho -como se le conoce actualmente- fueron indígenas totonacos. La hacienda se encuentra ubicada en Coatepec, en la localidad de Pacho, a unos 15 minutos de la capital veracruzana. Con más de 400 años de antigüedad conserva sus columnas, ventanas y pasadizos de la casa principal y la estructura del acueducto tal como lo concibieron sus primeros dueños: el portugués Juan de Quíroz y su socio Sebastián Díaz.

Foto: Identidad Veracruz
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