Cascadas, al natural en Veracruz

Por Oscar Sánchez

Veracruz, Ver.-A lo largo y ancho del territorio veracruzano, sobresalen reductos de la naturaleza bañados por cristalinas aguas que surgen de las entrañas de la tierra. Son cascadas naturales convertidas en  refugios naturales de grandes plumajes azules y velos de novia.

En las altas montañas  de Veracruz, en medio de boscosas zonas, caen las aguas desde alturas para romper en un festín de belleza natural que impacta a propios y extraños.

El agua enterrada

Como lo expresa su nombre en náhuatl, Actoctli es “agua enterrada, tierra húmeda y fértil”. Su gran riqueza natural  y sociocultural dan identidad a Actopan, un municipio que se ubica a 50 kilómetros de la capital del estado de Veracruz.

Se encuentran restos arqueológicos del período llamado Preclásico Medio (IX y VI a.C.) en lugares como El Trapiche, Chalahuite, Ranchito de las Animas y los Ídolos, y grandes áreas naturales para el turismo ecológico y de aventura.

Las cañadas de éste municipio  -asentado en  la zona centro de Veracruz- esconden varios rincones turísticos. Uno de ellos es el Descabezadero, una belleza natural para disfrutar del turismo de aventura con gastronomía a base de marisco y pescados.

Foto: Especial

Texolo, los 24 metros de caída

Con una caída de 60 metros, la Cascada de Texolo provoca el asombro de veracruzanos y turistas. Rodeada de naturaleza, se ha convertido en un reducto para escapar del bullicio y la rutina.

Este lugar de 500 hectáreas se encuentra localizado a  tan sólo tres kilómetros del pueblo mágico de Xico, a 11 kilómetros de Coatepec y a 19 kilómetros de Xalapa.  Se trata de un sitio Ramsar y un humedal continental.

La cascada  principal tiene una altura aproximada de entre 18 y 24 metros, al otro lado, hay dos  más pequeñas que se pueden ver a partir de algunos de los senderos. Una de ellas es la que se conoce como La Monja, con una caída de 8 metros.

Foto: Iveth Morales

Atlauitzia, sumergirse en la selva

Entre los enormes cerros de la sierra de Zongolica, sobresale la cascada Atlahutzia, que se forma por la resurgencia de agua de un sistema de río subterráneo.

Enclavado en el municipio de Mixtla de Altamirano es uno de los senderos naturales más visitados por quienes aman de caminar, de andar en bicicleta o en vehículos motorizados.

El paseo a la Cascada de Atlauitzia, consiste en un recorrido de aproximadamente dos horas, a una de las regiones naturales más bonitas de la Sierra de Zongolica, cuenta con varias paradas continúas para fotografiar paisajes, y es de aproximadamente dos horas.

Cocalzingo, los hilos blancos de agua

De entre las rocas del cerro Los Gentiles escurre un cristalino cauce con una caída de unos 30 metros de altura. Los “hilos” blancos del agua fría pueden observarse desde la cabecera municipal de Alpatláhuac.

La cascada de Cocalzingo, que lleva el mismo nombre de la comunidad, está situada a tan solo 3 kilómetros de la cabecera municipal hacia Ayahualulco, una de las comunidades más grandes del municipio, es totalmente apacible en un campo lleno de naturaleza que te deleita.

El camino para llegar hasta allá está completamente pavimentado. Mientras recorres en tu propio autobús o en alguna de las unidades Mixto Rurales puedes ir apreciando la hermosura de la vegetación que este municipio, situado en la Región de las Altas Montañas.

La Granada y sus mil escalones

Mil escalones llevan a la cúspide de un área boscosa y de gran belleza natural que esconde una cortina de agua cristalina, a tan solo unos kilómetros del bullicio del centro histórico de Coatepec.

Subir mil escalones para llegar a la Cascada la Granada, el cansancio no importa, pues la belleza del lugar lo vale. Las aguas limpias y cristalinas y la exuberancia del bosque, te hacen recordar que aún existen sitios libres de contaminación.

El grupo Rutas Eco Educativas, integrado por biólogos, geógrafos y técnicos, ofrecen recorridos interpretativos por el bosque mesófilo de montaña o bosque de niebla en el municipio de Coatepec.

Huixtla, la grieta del mundo

Tras una hora de recorrido en vehículo desde la cabeza municipal de Zongolica y 10 minutos más de descenso por un camino rodeado de naturaleza, un paraje inusitado se asoma. Es bello, con agua cristalina y al final una cueva misteriosa.

Es casi un lugar secreto, escondido en la sierra central de Veracruz, hasta para sus pobladores es un enigma, un sitio poco explorado. Se trata de Huixtla, una grieta formada en la montaña donde nace el Río Tonto, un afluente que sirve de límite para los municipios de Tres Valles y Comosamaloapan, y entre la entidad y Oaxaca.

Sus aguas tranquilas permiten que se recorra en una pequeña balsa hasta adentrarse  cerca de 450 metros por el interior de una gran roca. Con lo luz de las lámparas de los cascos, se logran ver  en las paredes diversas figuras que la propia naturaleza creó de manera fortuita.

Foto: Identidad Veracruz

 

 

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