Édgar Escamilla
Álamo, Temapache, Ver.-
De pies descalzos, pantalón arremangado, sin camisa y vaciando el contenido de su enorme cesto, El Colotero, una escultura de 15 metros de alto, cumple 16 años de ser el símbolo de la llamada Capital de la Naranja.
Al pie de la carretera federal 127 Pánuco-Tihuatlán permanece imponente el gigante de acero y hormigón, diseñado por el artista pozarricense Miguel Vargas Martínez, como un reconocimiento a la extenuante labor realizada por los hombres del campo alamense, quienes han logrado consolidar al municipio como el principal productor de cítricos en el estado.
Se le conoce como colotero al cortador de naranja porque durante la cosecha portan un colote – un recipiente elaborado con tiras de carrizo y reforzado con cuero- sobre sus espaldas, sujetado con una correa a la cabeza.
En el campo alamense se les puede ver cada temporada subir con ayuda de unas delgadas escaleras de madera hasta lo más alto de la copa de los naranjos, cortando una a una el preciado cítrico. Cuando el colote está a su máxima capacidad, el cortador estará cargando con ayuda de su cuello y espalda cerca de 100 kilogramos de fruta.
Después de bajar con el colote lleno, ahora el cortador debe caminar y subir nuevamente la escalera para vaciar la naranja al interior del camión que transportará la fruta desde la parcela hasta la central de abasto, a la juguera o a la báscula donde será adquirida por un revendedor.
Cifras oficiales revelan que en Álamo se producen cada año cerca de 741 mil toneladas de naranja, lo que representa el 30 por ciento de la producción estatal, coadyuvando así a que Veracruz sea el primer productor nacional de cítricos.
El esfuerzo de estos hombres y mujeres fue reconocido entonces por el escultor Miguel Vargas Martínez, quien en el 2004, con apoyo del entonces alcalde de Álamo, Juan Bustillos Montalvo, culminó la gigantesca figura.
La técnica empleada es el modelado de cemento directo sobre una estructura de acero, con un acabado en tono bronce viejo. Tiene una longitud de 30 metros y una altura de 15 metros.
En el 2010 la enorme estructura recibió mantenimiento preventivo, años más tarde, durante uno de los enfrentamientos violentos que se suscitaron en el municipio recibió varios impactos de bala, visibles hasta la fecha.
En medio de la pandemia por coronavirus, autoridades municipales le colocaron un enorme cubrebocas al Colotero, como una manera de invitar a la población a protegerse del contagio, llamando la atención de quienes transitan por el lugar y se detienen a tomar fotografías de la escultura con la mascarilla.