Vivir de la tostada… del café

Édgar Escamilla

Córdoba, Ver.- Comienzan a drenar las primeras gotas de la infusión y el aroma inunda el ambiente, pero esos pequeños granos debieron pasar la prueba de fuego en la tostadora y mucho antes, realizaron un largo viaje desde las fincas cafetaleras, pasando por las manos de campesinos y toda una larga cadena productiva, antes de poder disfrutar de la humeante taza de café.

Eziquio Hernández López lleva 15 años trabajando en el café de especialidad, pero desde hace 20 está involucrado en la producción del aromático y sus procesos.

Se trata de uno de los pocos productores de café de Córdoba, que ha logrado ir más allá, rompiendo los esquemas de solo “piscar” y vender su café al mejor postor.

Se ha capacitado para erradicar el uso de intermediarios o también llamados “coyotes”, que abusando del desconocimiento de la gente del campo, se quedan con mas del cincuenta por ciento de la ya poca ganancia.

Pero fue más allá, la capacitación ha llegado a la variedad del grano para su venta, ya que ha sido una forma de enfrentar la crisis que azota al campo cafetalero, que por años ha sido abandonado por las autoridades.

Son más de 1,200 los productos, que van desde el típico expreso hasta galletas, licores, dulces, vinos y repostería.

Gracias al esfuerzo de 25 personas para lograr se comercialización en el mercado nacional, hoy las familias productoras de los municipios de la región montañosa viven una nueva etapa.

Allá por 1680 llegó hasta estas tierras la primer planta de café arábiga. Las bondades de esta tierra, entre las que destaca su altura sobre el nivel del mar y su clima, permitieron su adaptación y que hoy en día sea considerado uno de los mejores productos del mercado.

No ha sido fácil lograr la transición de un esquema en el que los intermediarios obtenían la mayor parte de los ingresos hasta el punto de que sean los productores quienes realmente se vean beneficiados y que el consumidor final tenga en sus manos un grano de mejor calidad.

Con iniciativa comenzaron a buscar nuevas maneras de vender el café, incursionando en los medios digitales, lo que les sirvió para enfrentar los retos de la actual contingencia sanitaria, en la cual no han dejado de abastecer el grano.

La pandemia los está obligando además a cambiar la visión del mercado, adaptarse a lo que buscará el consumidor en cuestiones de higiene, seguridad y visitas, consumos de alimentos; sobre todo si se tiene en cuenta que los especialistas anticipan que será el turismo rural el que mayor auge tome después de la contingencia.

En este proceso estará involucradas las manos de campesinos de los municipios de Zongolica, Chocamán, Ixhutalán del Café, Huatusco, Aplataxco; así como baristas, catadores, tostadores y muchas personas más que están incluidas en la llamada Ruta del Café.

 

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