Calcahualco, el monasterio indígena

Miguel Ángel Contreras Mauss

Calcahualco, Ver.- En las faldas del majestuoso Citlaltépetl, la montaña más alta de México, el campanario amarillento de una iglesia sobresale en un pueblo con profundas raíces indígenas.

En el lugar llamado Calcahualco, una antigua morada de frailes franciscanos con sus colores llamativos y sus paredes rasposas, se representa uno los vestigios de la otra conquista: la espiritual.

Aquí en este rincón cuyo nombre deriva del náhuatl Kal-Kahual-Ko, es decir “En las casas abandonadas”, los frailes edificaron un monasterio, el más antiguo del país que resiste tempestades y tiempos mundanos.

Bajo los votos de pobreza, castidad y obediencia, templos con cientos de años a cuestas se mantienen en pie y han sobrevivido a temblores, epidemias y, sobre todo, a la mano del hombre.

Los franciscanos dejaron a su paso más de 40 iglesias y capillas, cuyo primer convento fue levantado en el municipio de Calcahualco, atendido -según datos históricos- por Fray Lorenzo de Santiago y Fray Juan de Cáceres.

La reliquia más valiosa del municipio es la Iglesia que tiene más de 500 años, construida por los primeros evangelizadores y por los naturales del lugar, además de servir como convento para esta orden

Con los frailes no solo llegó el catolicismo, también los soldados conquistadores y sus aliados tlaxcaltecas, lo que provocó que los pobladores de la zona decidieran huir y refugiarse en lo que hoy se conoce como El Cerro de los Gentiles, una verdadera fortaleza natural con barrancos que dificultan el acceso.

En Excola, un pequeño pueblo de poco más de mil habitantes al suroeste de la cabecera municipal, se encuentra uno de los templos que por su tamaño pasa desapercibido, pero que es uno de los más antiguos del país.

En la parte trasera sobrevive una placa de piedra que conmemora el levantamiento de la iglesia, “Fray Alonso de Santiago 1521″, aunque al parecer, hace referencia al año en que se inició la evangelización en México.

El templo de Calcahualco, cuya parroquia tiene como patrono al Divino Salvador, es el primero en haber sido edificado de la Diócesis de Tlaxcala, que comprendía la zona centro del estado de Veracruz. Fray Alonso de Santiago, junto con Fray Juan de Cáceres, fueron los fundadores y encargados de establecer en la zona la doctrina cristiana.

Calcahualco fue fundado por integrantes del pueblo totonaca y en sus orígenes respondió al nombre de Xochimilco, siendo dominado por el poderoso impero Azteca en 1450, gobernado entonces por Motecuzoma Ilhuicamina Chalchiuhtlatonac.

De acuerdo a los escasos datos históricos sobre el poblado, apenas 21 años después en 1471, ya con el nuevo tlatoani Axayacatl en el trono, los habitantes se rebelaron contra el imperio, pero fueron vencidos.

Para 1521, los españoles derrotaron a la gran Tenochtitlán, iniciando la otra conquista de los indígenas, la espiritual. Fueron los frailes franciscanos quienes se establecieron en Calcahualco, donde levantaron un monasterio, que años después sería trasladado a Xalapa.

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