Miguel Ángel Cortés
San Andrés Tuxtla, Ver.- El imponente paisaje de la región de Los Tuxtlas se embellece cada septiembre cuando el cielo se surca de majestuosos dirigibles de papel china, tradición heredada de padres a hijos que persiste pese al paso del tiempo.
Cual vigía, cada globo de papel china vuela por encima de las montañas tuxtlecas iluminado por un candil que le da vida propia, pero que además lo convierte en una luz de esperanza que alumbra el caer de la noche.
En las alturas, formas y colores se mezclan con el azul de los cielos inigualables de la región tuxtleca. Tras el ocaso del Sol, las figuras se vuelven lámparas candentes en la bóveda celeste.
Meses atrás, los artesanos globeros de San Andrés Tuxtla se preparan para la suelta de globos en los barrios de la ciudad, una tradición que pone el broche de oro a la celebración de las fiestas patrias.
La celebración globera permite la convivencia sana entre los amigos, el barrio y las familias, pues en casa, chicos y grandes son un solo equipo en la confección de las figuras de papel que, principalmente, el 16 de septiembre, se elevan a las alturas.
De acuerdo con investigaciones de Sixto Carvajal, actual cronista de San Andrés Tuxtla, el legado cultural de los globos de papel, ya con más de un siglo de historia, surgió en el marco de la Revolución Mexicana.
En 1914, llegó al municipio un circo argentino que tuvo como principal atractivo la ascensión de un globo aerostático con una mujer de complexión robusta a bordo, quien era seguida por hombres montados en caballos y burros hasta el lugar donde descendía.
A partir de entonces, no faltaron los intentos por emular la confección del globo aerostático que dio paso a una tradición centenaria, iniciada por Ricardo Cadena Maldonado, con la suelta de pequeños dirigibles de papel a los que los nativos llamaron “trompitos”.
Según el cronista, el uso de papel de china con el que actualmente se hacen los globos fue introducido por Luis Loju, vecino de La Tamehua, conocida hoy como el barrio Campeche, donde la fiesta globera tiene fuertes raíces.
El globo sanandresino tuvo su mayor evolución con la participación de Carlos Chávez Mundo, quien añadió picos al tradicional “trompito” y dio paso a la creación de lo que ahora se conoce mundialmente como la ilama, bautizada así por su forma similar a la de una fruta de la región.
Durante los últimos años, la tradición ha vivido una revolución con el impulso del Festival Internacional del Globo de Papel, al que arriban artesanos de diversas partes de la república mexicana y de países como Brasil y Colombia.
En los barrios, los sanandresinos se resisten a dejar morir el legado de sus ancestros. Uno de ellos es Carlos de Jesús Pucheta Constantino, quien desde hace 14 años se dedica a la elaboración de globos junto con toda su familia.
Carlos de Jesús creció viendo la suelta de globos en el boulevard 5 de febrero, paso obligatorio de la carretera federal 180, ahí donde Carlos Chávez Mundo hizo historia al elevar sus primeras ilamas de 12 picos.
“Para nosotros (la ilama) fue una parte fundamental que hizo a San Andrés cambiar totalmente, porque ese globo es lo que nos representa en todo el mundo”, expresó.
Al igual que Carlos Chávez Mundo, su padre fue de una las personas que más influyó en el gusto que tiene por la elaboración de los pequeños aerostatos. Sin embargo, continúa aprendiendo, ahora con el intercambio cultural con globeros de otras latitudes.
“Lo que más me gusta es el intercambio de técnicas e ideas, de cultura y sobre todo, que conoces a nuevas personas por lo que mismo que tú haces”, comentó.
La elaboración de globos de papel china es un reto para los artesanos de San Andrés Tuxtla, pues se rehúsan a que una tradición que los ha identificado por años a a nivel internacional desaparezca por completo.
En la antesala de cada festival las oraciones se hacen presenten, los globeros piden porque sus creaciones se eleven cargados de alegría y emociones positivas ante la mirada expectante del pueblo.
“Que el cielo de San Andrés se ilumine de tantos colores, de tantas formas que hay en el espacio, es algo tan satisfactorio. Es algo tan bonito para que la gente lo vea, lo disfrute y nos una, porque el globo es unión, une a las familias”, finalizó.