*Separadas sólo por un puente, las cataratas alimentan una poza de agua que cautiva con su tonalidad azul turquesa
Miguel Ángel Cortés
San Andrés Tuxtla, Ver. – Cual edén, la costa de Los Tuxtla esconde en medio de sus aromas y colores silvestres dos misteriosas cortinas de agua unidas por la naturaleza.
La brisa fraternal de las cataratas humedece al imponente paisaje de especies florales y majestuosas rocas que rodean el espacio.
El estruendoso descenso de las cascadas se confunde con el canto armonioso de las aves. En sintonía, componen una melodiosa pieza que encanta a los oídos.
Las Cascadas Gemelas son un refugio para quienes buscan sincronizarse con la madre naturaleza, alejados del ruido y el estrés de la ciudad.
Sus aguas, frías como un témpano, son una terapia para el cuerpo y el alma. Entre la flora y la fauna tuxtleca, la diversión no termina y el tiempo pasa sin preocupaciones.
Ambos saltos de agua se ubican en la comunidad de Revolución de Abajo, un poblado de la zona costera de San Andrés Tuxtla.
Los turistas pueden trasladarse a través de la carretera estatal Catemaco-Montepío o, si se llega desde el puerto de Veracruz, por El Trópico, al pasar el municipio de Ángel R. Cabada.
El viaje es un deleite visual para los visitantes por cualquiera de los dos caminos, pues a cada paso se pueden observar las impresionantes y coloridas formas que se dibujan con la vegetación.
Después de poco más de 50 minutos de traslado, ya sea desde Catemaco o El Trópico, un letrero rústico y algo antiguo avisa a los viajeros que están a punto de llegar a su destino.
El siguiente paso es avanzar cerca de dos kilómetros por medio de un camino de terracería para arribar finalmente a una especie de rancho donde se encuentran Las Cascadas Gemelas.
La primera en recibir a los turistas es la más pequeña, una cascada con apenas tres metros de altura, poseedora de una impresionante y ensordecedora caída de agua.
Un puente la separa de su gemela… una catarata con una similitud impresionante a la primera, pero que alcanza una elevación de cinco metros.
Con su corriente, la segunda gemela alimenta a otra de las joyas del lugar: una poza de agua con cuatro metros de profundidad, que seduce con su tonalidad azul turquesa.
Las Cascadas Gemelas son un sitio idóneo para la relajación, la aventura y el gozo de un maravilloso escenario cuasi virgen.
El lugar es perfecto para la realización de senderismo, observación de aves, natación y clavados desde la segunda “hermana”.
Asimismo, cuenta con una amplia zona para acampar y cabañas ecológicas para quienes deseen pernoctar y continuar el entretenimiento al día siguiente.
Desde cualquier ángulo, Las Cascadas Gemelas son una combinación de tonalidades silvestres, ocultas en la última selva del norte del continente americano: Los Tuxtla, una experiencia que se debe vivir.