Emblema de una época

Óscar Sánchez / Identidad Veracruz

Orizaba, Ver.- La relación de Orizaba con el hierro ha sido siempre estrecha. La primera línea ferroviaria funcional en el país —a pesar que desde 1837 por decreto presidencial Anastasio Bustamante había dictado los inicios siempre infructuosos durante décadas— fue de la Ciudad de México a Veracruz, vía Orizaba, e inaugurada por el presidente Sebastián Lerdo de Tejada en 1873.

El Palacio de Hierro, una de las edificaciones emblemáticas de Veracruz, México y, sin exagerar, del mundo —pues es considerado el único palacio metálico Art Nouveau del orbe—, se encuentra en medio de boscosas y selváticas montañas. Una estructura con estirpe belga, aunque la cultura popular decidió que fuera francesa —como dictaban los cánones porfiristas—, atrae las miradas de propios y extraños.

Suena a cotidiano, pero en pleno corazón de un lugar llamado Orizaba, una estructura con ADN del Viejo Mundo, el belga Joseph Danly, la edificó, pero el pueblo jura que en realidad el creador fue uno de los hijos predilectos del país Galo, Alexandre Gustave Eiffel. La historia se nutre de leyendas.

La estructura de acero que conforma el edificio de dos niveles, arropado por madera y detalles forjados en hierro, forma parte del arte nuevo, joven, libre y moderno conocido en todo mundo como Art Nouveau.

En una región de la montaña del Golfo de México, rodeado por pueblos indígenas, parece casi surrealista una edificación construida a finales del siglo XIX para ser la sede del Gobierno Municipal de la Ciudad de Orizaba.

Durante la controvertida época porfiriana, con sus contrastes de modernidad al estilo francés y su abandono hacia las clases populares, Orizaba era la quinta ciudad más importante de México y la más rica, industrial y cosmopolita de Veracruz, con migrantes españoles, franceses, italianos, ingleses e incluso alemanes e irlandeses.

El Ministro Plenipotenciario de México en el Extranjero, con la intervención del orizabeño Don Sebastián Antonio Duque de Mier y Celis y su esposa la Duquesa Isabel Pesado de la Llave, se ordenó la construcción de un edificio único y excepcional que representara la modernidad y pujanza económica.

La constructora belga llamó al arquitecto de mayor prestigio y renombre en Europa, en ese entonces el belga Joseph Danly, quien concibió un Palacio de estructura metálica, completamente desarmable.

Con 71 mil pesos de plata donados por el filántropo Don Manuel Carrillo Tablas, en su mayor parte, fue enviada la carga a Veracruz: 3369 bultos más la estructura metálica y fue transportada en tres buques de vapor, el París con 880 bultos, el Vala con dos vagones de ladrillos y el Havhre con 2489 bultos desde el Puerto de Amberes, Bélgica.

Fueron ingenieros mexicanos quienes con solo los planos originales ensamblaron el edificio. El predio establecido fue la Plaza de Armas entre la Antigua Casa Consistorial de Orizaba y el entonces Palacio Municipal. Los árboles que adornaron la plaza por siglos se hicieron mudar a la Alameda de la ciudad.

El Palacio de Hierro ya no es actualmente el Palacio Municipal, pero sí el emblema de una época, de una sociedad de migrantes, de fortaleza económica y cultural y, naturalmente, el Palacio de los orizabeños.

 

 

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