La tortuga Nautla

* En Nautla, a 183 kilómetros de la capital del estado de Veracruz, las tortugas no observan si existen amenazas en tierra, reflejan confianza sobre la playa

Arantxa Arcos

Nautla, Ver.- La cálida arena de Nautla es concurrida por las tortugas marinas, convirtiéndose en un sitio perfecto para anidar huevos. En el proceso dejan que los granos de tierra suave se conviertan en el primer hogar de tortugas veracruzanas.

Durante los meses de mayo y agosto, los reptiles emergen del mar para instalarse en la franja de arena seca, a la altura del Río Raudal. Las hembras revisan con cautela para desprender huevos. La temperatura, humedad y luz del área es inspeccionada por ellas.

En Nautla, a 183 kilómetros de la capital del estado de Veracruz, las tortugas no observan si existen amenazas en tierra, reflejan confianza sobre la playa. La seguridad del área les permite aprovechar y avanzar con ritmo sus aletas.

El sitio es uno de los centros de anidación de tortuga marina en peligro de extinción más reconocidos en el mundo, incluso, es la única playa en el Estado de Veracruz catalogada con Bandera Azul.

Al arrastrarse algunos metros fuera del mar comienzan el proceso, con la excavación de la cámara de huevos. Sus aletas se convierten en fuertes brazos creando un agujero idóneo para las crías cubiertas por un huevo, similar a una pelota de golf.

Durante el transcurso descansan algunos minutos y continúan, si es interrumpido podrían abortar y no terminar de anidar. Ello  es poco común en la costa norte de Veracruz, donde las tortugas se sienten seguras de desovar.

Una vez terminado el proceso, las aletas remueven la tierra para abrigarlos con arena un poco húmeda. En unas 13 semanas, casi tres meses, los huevos estarán dentro de una incubadora natural con grados de 25 a 24, la temperatura influirá en el sexo de las crías.

El agua salada de Nautla también refugia a otros mamíferos, como los delfines nariz de botella.

Ricardo Yepez Gerón, presidente de la Fundación Yepez contó que cada año ven pasar a una familia de 25 delfines. Los ves emigrar de norte a sur  y viceversa, a unos 50 metros de la orilla de playa.

Tanto las galápagos como los delfines son vigilados por voluntarios de mencionada fundación, quienes rondan el área evitando que desconocidos roben los huevos para comercializarlos como comida exótica.

 

 

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