Temazcal Kolibrí, sanación ancestral    

Juan David Castilla

Coatepec, Ver.- La combinación de piedras calientes, agua y plantas medicinales desprende vapores, generando un ambiente húmedo, sano y cálido, haciendo sudar, de manera considerable, a quienes se encuentran dentro de una estructura con forma similar a la de un iglú -un refugio construido con bloques de nieve que generalmente posee la forma de cúpula-.

Las altas temperaturas dificultan la respiración pero purifican el cuerpo y alma dentro de la pequeña cúpula de piedra clavada entre el bosque mesófilo y la gran vegetación de la congregación Cinco Palos, municipio de Coatepec.

A lo lejos se escucha el río Suchiapa, entre montañas que colindan con la localidad Tecojotal, perteneciente al municipio de San Andrés Tlalnelhuayocan, una zona conurbada con la capital de Veracruz, donde los bellos paisajes todavía pueden apreciarse en el trayecto.

El temazcal Kolibrí está en el rancho El Pedregal. Ofrece sanación y alienta la vida espiritual de quien esté dispuesto a pasar varios minutos inhalando una infusión de hierbas, misma que ayuda a desintoxicar el cuerpo y, mediante el sudor, a deshacerse del ácido úrico, acné, grasas e impurezas en la piel y artritis. Además, permite mejorar el funcionamiento de los riñones.

Se trata de una práctica ancestral de la medicina tradicional utilizada en diversos pueblos de México, para limpiar a las personas de sus pecados e, incluso, mejorar su calidad de vida con el debido tratamiento.

La palabra temazcal proviene del náhuatl y significa “casa donde se suda”. Es un pequeño espacio de metro y medio de alto y dos metros de diámetro, donde predomina la oscuridad y los olores son los que, después de un rato, despiertan una sensación de satisfacción.

En el exterior se observa la hornilla, que es donde se coloca la leña que calentará el temazcal a través de una pared hecha de piedras y que, al mismo tiempo, impide el paso del humo al cuarto de baño, donde la temperatura corporal suele alcanzar los 40 grados centígrados.

Cuando los participantes entran al temazcal, el guía, sudador o temazcalero vierte agua o la infusión de plantas medicinales sobre las piedras calientes, que causa un efecto terapéutico y hasta emocional, toda vez que permite recordar los tejidos en el estado embrionario, es decir, dentro del vientre materno.

“Al principio es un tanto desconcertante la temperatura, porque son temperaturas muy altas, las piedras que entran calientes generan el vapor cuando el agua con las hierbas medicinales se esparcen, es bastante fuerte; sin embargo, respirar ese vapor de las hierbas medicinales es algo muy sanador físicamente”, mencionan algunos de los participantes en el temazcal Kolibrí.

Hay quienes han notado rápidamente los cambios en su organismo, sobre todo en en el fortalecimiento del sistema inmunológico en estos tiempos de pandemia por el SARS-COV-2 (COVID-19), pues difícilmente padecen enfermedades respiratorias.

Las sesiones de esta medicina ancestral en el temazcal Kolibrí se llevan a cabo los sábados a partir de las dos de la tarde, donde ha sido notoria la llegada de decenas de turistas para experimentar los beneficios de la misma.

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