Memo Nájera, adrenalina pura 

*El xalapeño practica motocross, parapente, ciclismo de montaña, entre otros deportes de aventura

Édgar Ávila Pérez

Xalapa, Ver.- Su memoria guarda aquellas imágenes de su andar en bicicleta en los márgenes del río Coapexpan, en los montes y ranchos que visitaba en su amada Xalapa, una ciudad que lo ha visto crecer y que -al igual que su madre- sufre al verlo dar saltos espectaculares en sus motocicletas y sobrevolar en parapente.

Las redes sociales de Guillermo Nájera se inundan de espectaculares postales donde se le ve volando encima de su Honda CRF 450 y, en otras, en un diminuto parapente con la imagen lejana de las aguas del Golfo de México y un pedacito de tierra llamado Veracruz.

Memo Nájera, como lo conocen, es un xalapeño “cien por ciento”. En sus  recuerdos, siempre evoca a una Xalapa, montado en su bicicleta, la misma que debía cambiar cada año por la dura vida que le daba saltando y recorriendo veredas.

“Jugaba donde me dejaban meterme a hacer locuras, la mayor parte en bicicleta y metido en ranchos, fui de andar en el monte”, dice el hombre que se formó sin videojuegos.

Su padre, aficionado al motociclismo, lo influenció para saltar a las máquinas de dos ruedas, a pesar de la negativa de su madre para usarlas.

Sus amigos le prestaban de vez en cuando una moto y entonces se ponía a echar brincos, con esa sensación de un vacío en el estómago que sigue presente a más de 31 años de competencia tras competencia.

“Las primeras veces, cuando tenía tres años, mi papá me subía con él y ya ahí iba agarradillo nada más, fue las primeras veces; luego me prestaban amigos motos y desde niños anduvimos trepados en las motos”, suelta como si escondiera una travesura.

Disfruta la vida, disfruta lo que tiene, no se complica demasiado por las cosas. La inercia y su pasión triunfaron. Su padre lo apoyó y Enduro fue su primera experiencia.

Desde aquellos años recuerda a una mamá siempre muy nerviosa, sensación que siguió cuando decidió entrar a recorrer en moto el campo traviesa en sus competencias.

“En el tema de motocross jamás me ha podido ver correr, llegó el momento en que se acostumbró que es mi pasión el motocross”, afirma Nájera con docenas de triunfos.

Es un apasionado del motociclismo, su adrenalina es tanta que le cuesta trabajo describir y descifrar lo que siente su cuerpo, alma y corazón al andar en dos ruedas, lo mismo en su Honda CRF 450 para sus competencias motocross que en su GS 800 por las carreteras de México.

“Es una afición, es un placer, es difícil describir lo que se siente estar arriba de dos llantas: es algo que te debe de gustar, las motos no son a fuerza para nadie, todos los motociclistas lo hacen por pasión y la pasión que nos mueve es la que te hace vivir”, describe Memo.

Hace como tres semanas corrió el campeonato Platino Plus y aunque se llevó el triunfo, en realidad le gusta disfrutar y sentir nuevamente ese nervio, esa sensación de vacío en la panza.

“Porque lo quieres hacer y a la vez te pones muy nervioso y una vez que lo logras es una sensación muy padre, se siente algo en el pecho: esa sensación de flotar es increíble”.

Y hace cerca de trece años pudo cumplir otro de sus sueños de chaval… Volar.  Gracias a un amigo inició en el parapente, donde -dice- literal es estar volando como las aves. A veces surca los aires a 200 metros sobre el mar, pero a veces a -mil-metros sobre las agrestes montañas.

“En el vuelo del parapente utilizas exactamente todos los principios y los métodos con los que flotan las aves, no aleteas por supuesto, pero es surcar todas las corrientes térmicas o de viento”, describe con pasión.

Hace un par de días le tocó estar cerca de un ave rapas en El Farallón, un paraje de mar, dunas y selva; y entonces escuchó solo el viento que pasó por su vela y se transportó a otro lugar al que solo llegan los que se atreven en esta vida.

 

 

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