*La familia de José de la Paz Acua Reyes, propietaria de Rompopes y Toritos Santa Lucía revolucionó la producción de la bebida creada por jornaleros en la época colonial
Ángel Cortés Romero
San Andrés Tuxtla, Ver.- Una bebida helada y aguardientosa recorre la garganta logrando refrescar y darle un golpe de energía al cuerpo para aguantar el calor que, para abril, ya es sofocante en la región de Los Tuxtlas.
Después de tomarla, el vaso bolero queda vacío nuevamente, listo para rellenarlo con la mezcla de frutas, leche y alcohol de caña. Se toma con hielo, totalmente fría y de golpe, para acompañar cualquier comida o sin pretexto alguno.
Su origen se remonta a la época colonial, cuando los jornaleros regresaban cansados de los cañaverales, por lo que para recuperar energías combinaban alcohol de caña con frutas, un preparado que los hacía sentir como toros.
Los toritos veracruzanos son originarios de Los Llanos del Sotavento y bandera de municipios como Xico en la zona centro del estado y Tlacotalpan en la Cuenca del Papaloapan, sin embargo, Los Tuxtlas no se quedan atrás.
En la también llamada Suiza Veracruzana, la familia de José de la Paz Acua Reyes se convirtió desde hace 15 años en una de las principales productoras y distribuidoras de toritos jarochos en el sur de Veracruz.
Junto con su esposa e hijos mantiene viva la tradición que hace tres lustros su suegra inició con la creación de un rompope almendrado que inauguró el negocio familiar: Rompopes y Toritos Santa Lucía.
Desde muy temprana hora, cada uno de los rincones del domicilio de José de la Paz se impregna con el aroma de los diversos frutos con los que se preparan los toritos. Café, fresa, coco, guanábana, mango y más sabores recorren la casa.
El olor se escapa y se expande hacia otras viviendas para avisar a los vecinos que las bebidas están listas. La producción de Santa Lucía se distribuye en cada uno de los municipios de Los Tuxtlas, hasta la zona y también en lugares del sur.
Para los amantes de los toritos existen dos sabores predilectos: el rompope almendrado y el torito de cacahuate, sin embargo, en 15 años de trabajo Santa Lucía logró la producción de 30 sabores distintos.
La producción de estas bebidas en Los Tuxtlas es particular, pues cuenta con una gama de sabores imposibles de encontrar en otros lugares del estado, debido a que la zona cuenta con frutas endémicas como el chagalapoli, el jobo y el xoxogo.
Quienes visitan la zona no dudan en pedir un torito para acompañar, por ejemplo, un plato de pescado o de mariscos. En contraste, para algunos lugareños tomarlos ya es parte de la vida cotidiana, sabedores de las propiedades con los que cuentan, según el sabor.
Para el calor de la zona, que casi alcanza los 40 grados Celsius en primavera y verano, no hay como la carga de vigor de un torito bien frío y bronco, justo como lo tomaban como los trabajadores de los cañales hace más de 300 años.