*En las venas de la antigua casona se puede observar el desarrollo del arte mexicano, desde la época prehispánica hasta nuestros días, desde cerámica, escultura, objetos tallados, textiles y el arte virreinal.
Anselmo Betancourt
Puebla, Pue.- No es un museo de historia, pero en él vive ella. No es un museo de antropología, pero en sus venas corre nuestra sangre indígena. No es un museo dedicado a la educación, pero en sus paredes se ha desarrollado la instrucción de generaciones.
El Museo Amparo está ubicado en una de las edificaciones más antiguas de Puebla, podría decirse que nacieron juntos. Ahí se construyó el hospital de San Juan de Letrán, el primero de la ciudad. Más tarde, ya en el siglo XVII, fue un colegio para niñas, hasta el año de 1871, cuando pasó a ser casa habitación del abuelo del banquero Manuel Espinosa Yglesias, uno de los grandes filántropos y mecenas de la ciudad.
El Museo Amparo debe su nombre a doña Amparo Rugarcía de Espinosa, esposa de Espinosa Yglesias. Ahí se conserva una gran colección de arte prehispánico, colonial, moderno y contemporáneo. Todo esto sufragado por la Fundación Amparo, creada por el propio Manuel Espinosa Yglesias.
Ingresar a sus paredes es respirar el pasado, pero hacerlo en medio de la modernidad, con proyecciones digitales y virtuales, vitrinas y líneas del tiempo pulcras y con todos los sistemas para preservar las obras de arte.
Las venas de la antigua casona son de una pulcritud y orden como las de un recinto museográfico de altos estándares. Y ahí en sus colecciones y exposiciones permanentes se puede observar el desarrollo del arte mexicano, desde la época prehispánica hasta nuestros días. Sin embargo, hay que anotar que lo más importante de este museo es el arte prehispánico (cerámica, escultura, objetos tallados, textiles) y el arte virreinal.
En cuanto al arte anterior a la conquista, registra 1,700 piezas, convirtiéndolo así en el museo privado más importante del país. En cuanto al arte virreinal hay que destacar su preciosa e impecable museografía: podemos observar piezas mobiliarias, textiles, pictóricas, instrumentales, recreadas todas ellas en salas y salones propios de la época.
Sus colecciones del siglo XIX y arte contemporáneo no son menos importantes, aunque estas se ven fortalecidas por sus exposiciones temporales que de ninguna manera menoscaban ninguna expresión del arte contemporáneo.
Otro de los grandes aciertos y aportes del Museo Amparo es su vocación educativa con actividades para niños y jóvenes, además de su maravillosa biblioteca, otro de los grandes acervos del lugar.
Quien haya visitado Puebla y no haya estado en el Museo Amparo es como si no hubiera visitado la Catedral o no disfrutara de una cemita o de los dulces típicos de Puebla: de ese tamaño es la importancia de este lugar. Estar en su terraza es vislumbrar la belleza de una de las ciudades más preciosas del país.
Actualmente el Museo Amparo tiene abiertas sus puertas con las medidas propias de la seguridad sanitaria, sin embargo, puede visitar su página https://museoamparo.com/ y disfrutar a la distancia de uno de los museos más importantes del país.