Juan el protector de tortugas

*En la paradisiaca playa de Villa Rica, un palapero  es también un protector de cientos de crías de los quelonios

Arantxa Arcos

Actopan, Ver.- De las manos de Juan, un hombre adulto con cabello completamente blanco, escurre agua mientras una tortuga intenta escabullirse entre sus dedos para zambullirse en el agua salada.

Los fines de semana labora como palapero y vendedor de cocos en la paradisiaca playa de Villa Rica, un rinconcito lleno de historia donde el conquistador Hernán Cortés ordenó que sus barcos fueron hundidos para evitar que sus soldados acobardados por el miedo al poder de los Aztecas regresaran a Cuba.

Se trata del único ingreso que tiene para solventar los gastos de gasolina y la protección de al menos 500 huevos que en un mes se convierten en crías para liberar en las aguas del Golfo de México..

Acompañado de una cuatrimoto y su voluntad de preservar a las tortugas de la especie Lora que desovan en el municipio de Actopan, Juan Alvarado Montes vigila como voluntario 12 kilómetros de playas.

Desde el año 2000 es el protector en esta zona con gran importancia histórica, ubicada entre la localidad El Farallón y la Central Nucleoeléctrica de la Laguna Verde, cuyo acceso es por la carretera Cardel-Nautla, mejor conocida como la “Costera del Golfo”.

Para liberar el más reciente rescate, es apoyado por su familia, principalmente su yerno que organiza a turistas de la zona para mantener una distancia idónea y que no aplasten a las tortugas en caso de que una ola las regrese a la playa.

En la reciente liberación, fueron unas 180 crías protegidas, 320 menos que en años anteriores ya que los huevos también disminuyeron en la costa de este municipio ubicado a una hora y 20 minutos de la capital del estado.

Las crías liberadas, casi del tamaño de la palma de la mano de un menor de dos años, son producto de una tortuga que desovan en las inmediaciones de la peña de El Viejón, hasta donde se trasladó don Juan para iniciar el procedimiento de conservación de la especie.

Don Juan carece de apoyos gubernamentales para el cuidado de las tortugas. Incluso, se vio en la necesidad de pedir una cooperación voluntaria a las personas que participaron en la liberación para la gasolina de su cuatrimoto y continuar con la labor altruista.

Y así mantiene su labor en una de las zonas más emblemáticas por sus bellezas naturales.

 

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