*De la mano de Porfirio Díaz, dos construcciones gemelas diseñadas y construidas exprofeso para albergar las sedes de las oficinas de Correo de México y Telégrafos en 1902
Víctor M. Toriz
Veracruz, Ver.- Un haz de luz se filtra en el techo de cristal que cubre en lo alto el centro de la recepción. El tragaluz bordeado de madera baña los arcos y columnas blancas que sostienen el edificio afrancesado ubicados a unos metros de la antigua puerta de mar, en el corazón de la ciudad de Veracruz.
La misma imagen se repite como espejo en el edificio contiguo. De frente parecen ser un solo inmueble, pero en realidad se trata de dos construcciones gemelas diseñadas y construidas exprofeso para albergar las sedes de las oficinas de Correo de México y Telégrafos en 1902.
La fachada larga es de estilo neoclásico, muestra en el centro imponentes columnas que hacen una especie de pasillo de transición entre el primer y la segunda edificación, con pequeños balcones que al fondo muestran ventanales que se levantan del piso al techo.
Los relieves en la parte baja dan profundidad en ambas construcciones, cada detalle se repite en la izquierda y la derecha.
Las escalinatas de mármol son custodiadas por dos leones acostados cada una, que hacen el papel de centinelas, mostrando entre sus fauces colmillos que brillan al medio día con el imponente sol reflejando por el dorado que baña las estatuas.
El reflejo de los escalones de mármol se desliza hasta el interior con el piso del mismo material. Un pasamanos de madera sostenido por herrería divide el acceso en dos partes, pero ambas llevan al centro del edificio.
En casi 120 años se han visto ir y venir paquetes postales en los almacenes de las dos edificaciones, construida por el ingeniero militar Salvador Echegaray, cuyo nombre se encuentra escrito en una placa que se pierde entre la blancura de la fachada.
Ambos inmuebles formaron parte de las obras que ampliaron el puerto de Veracruz durante la recta final del gobierno de Porfirio Díaz.
Actualmente se encuentran integrados al paisaje urbano de la Plaza de la República, sin embargo, cuando se levantaron se hizo en terrenos ganados al mar, que durante las primeras horas de cada día deja sentir su brisa para revivir su cercanía.
Los dos edificios se encuentran abiertos al público que requiere de servicios postales en Correo de México y Telecom-Telegrafos, aunque no es necesario ingresar para apreciar su riqueza arquitectónica y sentir un breve paseo al pasado de hace más de cien años.