*El Hospital Militar, el primero en América fue inaugurado en diciembre de 1764; es una de las construcciones más antiguas del puerto de Veracruz
Víctor M. Toriz
Veracruz, Ver.- Desde el interior la claridad que se cuela es tan penetrante que las ventanas parecen estar cubiertas con laminas de papel traslucido, lo suficientemente grueso para sostener la mirada hacia el exterior del edificio y descifrar las siluetas de las personas que caminan con prisa sobre la avenida Miguel Hidalgo.
El lugar es el Hospital Militar de San Carlos, una de las construcciones más antiguas de Veracruz. Fue inaugurado en diciembre de 1764 como el primer Hospital Militar de América, en una ciudad que para ese entonces se encontraba amurallada.
Hasta los primeros años de la década de 1990 prestó servicios médicos a los residentes de la ciudad. Al menos 20 años más los pasó abandonado, pero la fortaleza de sus muros de piedra múcara y las vigas de metal lo mantuvo en pie.
Actualmente luce una fachada restaurada con una fila de palmeras sobre la calle Aquiles Serdán, entre las avenidas Miguel Hidalgo y Francisco I. Madero, en donde ocupa casi tres porciones de esa manzana en el corazón del Centro Histórico.
Los cañones que se asoman en lo alto de la marquesina y los militares que día y noche resguardan los accesos principales, permiten a los transeúntes recordar la naturaleza bélica del edificio que permite echar una mirada al interior a través de los arcos que se forman en las puertas y ventanales.
Al pasar la recepción e ingresar a la nave central que conforma la edificación, lo primero que llama a la vista es el piso monocromático, formado por losetas blancas y negras de mármol. Los destellos del sol sobre el piso perfectamente pulido asemejan un cielo estrellado en pleno día.
Dos filas de columnas que entre cada espacio forman una serie de arcos, se extienden sobre el corredor central, separando dos pabellones en donde se ubicaban las camas para atender a los pacientes entre los siglos XVIII y XIX.
El aire que ingresa por los ventanales, y los tragaluces sobre estos, de pronto dejan atrás el infernal calor de la ciudad de Veracruz, para envolver a los visitantes en una brisa fresca que recorre la piedra de coral que se dejó expuesta a propósito en la parte baja de las columnas.
La piedra múcara que contrasta con los tabiques rojos es lo que sostiene los gruesos muros del antiguo Hospital Militar de San Carlos, como casi todos los viejos edificios del Centro Histórico de Veracruz.
Pero la historia que significa para los veracruzanos, para los de antaño que nacieron en este hospital, es lo que mantiene viva la memoria del inmueble, convertido hoy en un museo que cuenta las hazañas y contribuciones de la milicia a la construcción del puerto de Veracruz.
