*En uno de los fraccionamientos más emblemáticos de la capital veracruzana, la Capilla de Las Ánimas sorprende por su belleza rodeada de gran vegetación y de una serenidad en medio del caos vehicular
Óscar Sánchez
Xalapa, Ver.- Las sombras juegan con el vaivén de los enormes árboles y la espesa vegetación suelta una humedad en el entorno, un lugar que resguarda, apacible, una fortaleza religiosa.
El ambiente se llena de olor a tierra mojada, evocando aquellos cultivos de café de la vieja Xalapa, una ciudad que aún conserva reductos de aquel pasado pueblerino que la vio crecer.
Y donde hoy se muestra orgulloso uno de los fraccionamientos más emblemáticos de la capital veracruzana, luce su belleza una edificación estilo fortaleza Franciscana del siglo XVII: la Parroquia de Nuestra Señora de la Paz.
Conocida popularmente como la Capilla de Las Ánimas, su arquitectura construida en 1947 recuerda el estilo colonial que integra el espíritu de culturas europeas e indígenas de Latinoamérica.
Si el retablo tallado en madera y cubierto con hojas de oro deslumbran en su interior, en su exterior su fachada principal de cantera negra labrada con relieves de flores, escudo, corona y estrellas también impactan visualmente.
En uno de los accesos de la ciudad, se convirtió en un remanso visual en medio del caos vehicular; un refugio para las almas perdidas y para aquellos que buscan un lugar de paz y serenidad.