*Construida en 1910, la hermosa Casa de Cultura resguarda la historia misma de Pánuco y al mismo tiempo es historia con pasajes de la vida de la ciudad enclavada en la Huasteca Alta
Óscar Sánchez
Pánuco, Ver.- Las aguas del río Pánuco, que llegan desde el altiplano, bañan un lugar fundado por el mismísimo Hernán Cortés y considerado como el inicio o final de Veracruz, depende de la óptica de cada persona.
En la Huasteca Alta, la ciudad de Pánuco se erige orgullosa en los márgenes del río, ese que da vida a toda una zona y que también infunde respeto cuando crece con las lluvias.
Mi Pánuco es un encanto
De mi Huasteca querida
Es un rinconcito Santo
Dónde la calandria anida
Nos arrulla con su canto
Y nos alegra la vida
Así describe el huapango “Arriba Pánuco” a la ciudad, un pueblo con crecientes y secas, un lugar donde vivieron los Olmecas, con un río caudaloso que baña las tres huastecas.
Y aquí en los márgenes del afluente, un pequeño y pintoresco malecón alberga una Casa de Cultura con historia, con la historia misma de Pánuco, en los límites entre Veracruz, San Luis Potosí y Tamaulipas.
La herrería afrancesada de barandales y columnas, traída desde Francia y las pinceladas españolas del edificio son una joya arquitectónica en la ciudad. Las trabes hechas con rieles de tren una más de las bellezas que resguarda en su interior.
Edificado en 1910 para el comerciante español Francisco Maza Abascal, la casona ha vivido diversos momentos, desde tienda de raya, hospedaje del jefe revolucionario Venustiano Carranza, hotel, sede de la primera secundaria del lugar y finalmente Casa de Cultura Museo.
Piezas arqueológicas rescatadas en la zona, imágenes fotográficas de la importancia de Pánuco en la historia de México y Veracruz y arte de sus moradores se exhiben con orgullo.
Voy a cantarles un corrido Panuquense
Que fue compuesto cuando la Revolución
Fue dedicado a las famosas Zacahuilas
Las que lucharon defendiendo el Pabellón
El corrido de Las Zacahuilas rinde homenaje a las reinas del huapango que lucharon al lado de dos generales en una batalla recordada con honores en la localidad. Y en la Casa de Cultura se les recuerda.
La traza arquitectónica en escuadra, con puertas de madera de dos hojas y amplio patio interior, son la joya de Pánuco, un lugar que ríe y canta con el huapango.