*El mítico parque de la ciudad de Xalapa guarda en sus entrañas una leyenda donde soldados del ejército invasor estadounidense jugaron el primer juego de béisbol en México, usando como bate la prótesis de la pierna de Antonio López de Santa Anna
Óscar Sánchez
Xalapa, Ver.- El sonido de las aves se escucha en la copa de los enormes árboles de liquidámbar, hayas, eucaliptos y encinos que tomaron el tranquilo lugar, un sitio lleno de historia y leyendas urbanas.
La maraña de ramas de los ejemplares arbóreos de hasta 40 y 50 metros de altura se mueve al compás del viento que sopla lento, como un arrullo en medio del Parque Miguel Hidalgo, conocido popularmente como Los Berros.
Un sitio de más de 140 años de haber sido edificado, pero con una historia detrás desde la época del Virreinato de la Nueva España, cuando en sus tierras brotaban berros en pantanos.
El viento y los cantos de los pájaros generan que una quietud invada cada corredor y espacio del sitio. El verde del follaje impacta la vista en el mítico parque de la ciudad de Xalapa, una urbe que convive con la naturaleza.
Desde tiempos del Virreinato de Nueva España y hasta finales del siglo XIX el espacio era usado ocasionalmente para carreras de caballos, como lo atestigua un grabado publicado en Historia Antigua de Jalapa de Manuel Rivera y Cambas en 1871.
Y en sus entrañas se guarda una de las leyendas urbanas más increíbles de la invasión estadounidense a México, allá por 1847. La tradición oral cuenta que aquí los soldados del ejército invasor jugaron el primer juego de béisbol en México, usando como bate la prótesis de la pierna de Antonio López de Santa Anna que habían capturado días antes en la Batalla de Cerro Gordo.
“Así lo refieren algunos documentos norteamericanos y así lo da, en cierta medida, como cierta en las relaciones históricas del béisbol en América Latina y es una leyenda que ha pasado con el tiempo y que la hemos dado como cierta”, describió el cronista de la ciudad Vicente Espino.
En San Antonio Texas, afirma el historiador, yace la prótesis de López de Santa Ana, que forma parte de la leyenda que muchos dan como cierta y forma parte de la historia de la Xalapa antigua.
En medio de esas historias, un mundo aparte se vive en el parque, sobre todo los fines de semana, cuando docenas de niños, niñas y jóvenes invaden el lugar para liberar miles de calorías y jugar sin preocupaciones.
La quietud de la semana, se rompe los sábados y domingos con las risas de los chiquillos y chiquillas que evocan a un tiempo pasado de paz y tranquilidad en el pueblo llamado Xalapa, que acabó convertido en la capital de Veracruz.