*Durante horas recorre la ribera del río Atoyac en busca de preciadas piedras grisáceas para darles color y forma; el artista crea además camiones, avionetas y animales a escala
Miguel Ángel Contreras Mauss
Córdoba, Ver.- Agazapado entre las piedras de la ribera del río Atoyac, Marcos Adán Solano Miranda busca, cual tesoro, rocas para convertirlas en obras de arte.
Luego sentado a orilla de ventana que da hacia el afluente, saca sus pinceles y comienza a dar colorido a las irregulares rocas.
Algunas de ellas sólo necesitan un toque de pintura, pues ya tienen la forma de una pieza de pan, pájaros, peces y hasta de elefantes.
A los siete años plasmaba en las hojas de sus cuadernos de la primaria los primeros bocetos; sin estudios de arte ni escolares perfeccionó sus pinturas.
Un día de ocio salió a explorar el río y ahí encontró otra gran forma de plasmar su arte, a través de las rocas, semillas y hojas de los árboles.
Ser artista, afirma el hombre, radica en encontrar un momento creativo y explotarlo. Así la mayoría de sus pinturas han venido de su imaginación.
Solano lleva más de 30 años dentro del mundo de la pintura artística, periodo en que realizó una infinidad de obras y dice que cada una de ellas está grabada en su cabeza.
Los pinceles y la pintura han acompañado su vida y ahora comparte esta fascinación con su esposa y sus dos hijos.
Con dedicación ha pintado desde paisajes, animales y vehículos en minúsculas semillas.
No sólo es la pintura lo que sabe hacer; esa destreza por las manualidades lo ha llevado a crear en madera y basura reciclada camiones, avionetas y animales a escala.
“Mis pinturas se han ido hasta Estados Unidos, me han pedido que les pinte sus coches, sus casas y hasta sus animales”, narra.
Adentrarse a su mundo, es adentrarse a un mundo de fantasía.