CDMX: caminar entre momias y arte sacro

*La afamada colonia San Ángel es hogar del Museo de El Carmen, donde yacen 12 cuerpos momificados, así como los recuerdos de un exconvento de retablos dorados

Jaime Carrera

Alcaldía Álvaro Obregón, CDMX.- En medio del bullicio que se vive a diario en el sur de la Ciudad de México, también existen silencios perturbadores, cargados de historias que comenzaron hace más de cuatro siglos.

Sobre la avenida Revolución en la icónica colonia San Ángel, se encuentra un exconvento cuya atención constante le permite mantenerse de pie, a pesar de que su primera piedra fue colocada hace 407 años.

A un costado del Templo del Carmen de San Ángel y con una sobria fachada, el recinto ahora convertido en museo, recibe a los visitantes para adentrarlos en lo que fue la vida de los frailes Carmelitas Descalzos.

El patio principal con una fuente al centro recibe a los asistentes y comienza con la regresión hacia aquellos años en los que los frailes transitaban por allí. Cada sala es aún más sorprendente que las anteriores.

Los contrastes son evidentes, el tiempo ha pasado. Afuera se observan lujos y ruidos estridentes, en el exconvento, hace cientos de años, las reglas para los Carmelitas Descalzos eran vivir en silencio y meditación.

Los visitantes quedan extasiados con el arte sacro que reviste paredes, pasillos y un retablo tan ostentoso que también contrasta con la vida de los religiosos, alejada del mundo material de la actualidad.

Las obras atrapan miradas, pinceladas perfectas cargadas de Historia. Están, por ejemplo, las de Cristóbal de Villalpando, afamado artista de la Nueva España, cuyo arte, también se observa en el convento franciscano de Huaquechula, Puebla.

Más adelante, se encuentra un espacio altamente cuidado: las criptas, con la temperatura exacta para mantener en buen estado a más ni menos que doce cuerpos momificados. Así es, en este museo se caminan entre momias.

Esta área se encuentra ubicada bajo la nave de la iglesia y para llegar se desciende por unas escaleras hasta llegar a un frío pasillo, por partes, revestido con azulejos de Talavera poblana del Siglo XVII, según registró el INAH.

El sitio, con sus altares, da la impresión de una pequeña iglesia, propia para realizar actos religiosos funerarios, Un pequeño retablo dorado impresiona a los curiosos, pero no tanto como como el primer cuerpo que ven, inerte, seco.

¿Cómo llegaron estas momias ahí? ¿Quiénes son, quiénes fueron? La realidad es que son unas completas desconocidas. Lo único que resta al espectador de los cráneos es imaginar cómo se vieron en vida.

Un aire peculiar recorre el lugar mientras las personas, paso a paso, avanzan para observar la vestimenta de las momias, halladas entre 1917 y 1918, cuando las tropas zapatistas ingresaron para buscar tesoros de los frailes.

Es un hecho que el Museo de El Carmen es un referente histórico de la capital del país; a lo largo del recorrido se observan, además de pinturas, grabados, esculturas y exposiciones culturales temporales.

La concepción del lugar data de 1595, cuando surgió la necesidad de abrir una escuela para formar a los frailes Carmelitas Descalzos. Tras varios intentos, los terrenos fueron donados a los religiosos. El resto es historia.

Actualmente, como museo, es uno de los recintos culturales más importantes de la Ciudad de México: con su arte sacro novo-hispano, el barroco en sus obras de arte, su imponente cuarto de lavabos y celdas o dormitorios.

Hoy, la urbanización carcomió los alrededores de este sitio, antiguos barrios y pueblos que pasaron a formar parte de lo que hoy es la CDMX. Hoy en San Ángel no hay silencio, pues éste se encuentra contenido en su museo de sobria fachada.

 

Compartir: