*En el Parque Doña Falla, un área de dos hectáreas con generación de oxígeno, captura de carbono, refugio y alimento para diversas especies en la ciudad de Xalapa, se ofertan y se exhiben colecciones de cactus, plantas suculentas, orquídeas, y árboles frutales tropicales
Carolina Miranda
Xalapa, Ver.- El bosque de liquidámbares resguarda entre sus sombras un tesoro verde y multicolor: docenas, cientos sino es que miles de plantas, flores y follajes con ADN veracruzano.
Una maraña de vialidades altamente transitadas de Xalapa, como Murillo Vidal y Lázaro Cárdenas, deja ver una área verde espaciosa con flores atractivas y aromáticas, pero también cactus y árboles frutales.
Las docenas de macetas, algunas de ellas con magueyes, izotes y biznagas, aparecen a la vista en hileras perfectamente alineadas, en una sincronía natural que hacen del Parque Doña Falla un deleite visual.
Las irregulares hojas, ramas y troncos, entran en una coincidencia perfecta de líneas, círculos, triángulos; y cuando el viento sopla de una manera leve, se escucha un arrullo de plantas y árboles chocando entre ellos.
Las colecciones de cactus, plantas suculentas, orquídeas, plantas tropicales del sureste asiático y árboles frutales tropicales, atraen a miles de visitantes amantes de jardines encantados.
Un espacio digno para la floricultura ornamental donde se exhibe y comercializa la producción de distintas zonas del estado, desde las regiones de las grandes montañas, central, los Tuxtlas y Sotavento.
Su salón de usos múltiples, cafetería, estacionamiento, áreas verdes, oficinas e invernaderos, forman parte de este primer centro de desarrollo del sector ornamental del estado.
Y junto con los parques de floricultura de Córdoba y Fortín, forma parte del corredor ornamental de la región central del estado, una región rica y diversa en flores y plantas.
Bautizado en honor a Rafaela Murillo de Barbero, mujer altruista quien durante 53 años vivió en Xalapa, el Parque Doña Falla se convirtió también en un espacio cultural, turístico, artístico y de recreación.
En dos hectáreas un sitio de importancia ecológica, por su aportación en servicios ambientales, como generación de oxígeno, captura de carbono, refugio y alimento para diversas especies de aves, mamíferos, anfibios y reptiles.
Un espacio de relevancia sociocultural, de recreación por la exposición y venta de plantas ornamentales, de cursos, talleres, reuniones, conferencias, pláticas y, sobre todo, convivencia social.