*Stephany Batchelar García acumula casi treinta medallas y seis cinturones en las artes marciales; proviene de una familia deportista y así logró ubicarse como una de las mejores en taekwondo, kick boxing, muay thai y boxeo
Nadia Carrión
Minatitlán, Ver.- Con dos ídolos deportivos en su casa, Stephany Batchelar García creció con la ilusión de practicar artes marciales, hasta que hoy acumula casi treinta medallas y seis cinturones.
Cuenta con orgullo que nació en cuna de deportistas y la admiración a su hermano la llevó a practicar distintas artes marciales, ambos deportistas guiados por su padre y coach: Raúl Batchelar.
“Gracias a mi papá por motivarme a diario, nunca me cansaré de agradecerle, trata de hacer hasta lo imposible para sacarme adelante”, cuenta con orgullo la joven deportista.
A los ocho años de edad tuvo su primer encuentro con el deporte que le cambiaría la vida. Actualmente práctica taekwondo, kickboxing, muay thai, y boxeo.
“Cuando era más chica admiraba a Elsa de la película Frozen, crecí y empecé a admirar a Tinkerbell… ahora admiro y respeto a mi papá que me enseñó a no ser una princesa, me enseñó a luchar por ser una guerrera para luego ser la reina”, afirma en sus redes sociales.
A los doce años de edad, Stephany, la joven oriunda de Minatitlán, se coronó como campeona mundial en la categoría de menos 48 kilos en el deporte de king Boxing, subiendo al podium en Toledo, España.
“Yo estoy contenta por ganar, se lo que me costó, tanto esfuerzo valió la pena”, dice en entrevista.
A la destacada atleta se le conoce como “La joyita Batchelar”, posee una gran fuerza y técnica en sus ágiles manos y da patadas firmes que le ha permitido derrotar a sus contrincantes.
Compitiendo en Veracruz, Puebla, México, Tlaxcala y España, ha entrenando hasta cuatro horas al día y siempre logra un equilibrio con sus estudios siendo una destacada estudiante de nivel básico.
“Terminando de pelear, tengo la costumbre de darle un abrazo a mis contrincantes, siempre les digo que me dieron una gran pelea”, recuerda.
La humildad y disciplina la han llevado a convertirse en un ejemplo para los niños y jóvenes, ayuda a su padre a entrenar niños de cuatro años en adelante, que tan solo de verla entrenar desean tomar la clase.