*La historia del Palacio de Gobierno y el sitio donde se encuentra es remontarse a la conquista, a los tiempos coloniales y revolucionarios; acariciar sus barandales es recordar gobiernos y deleitarse visualmente con murales del artista Melchor Peredo García, considerado el último representante del muralismo mexicano
Carolina Miranda
Xalapa, Ver.- Al cruzar 18 imponentes columnas, dos sensaciones invaden el cuerpo: frescura proporcionada por la antigua y poderosa estructura; y asombro por los bellos murales que retratan la vida política y social de Veracruz.
La típica frase de “en el corazón” de la ciudad de Xalapa, se aplica a la perfección cuando se habla del actual Palacio de Gobierno, un bello edificio asentado en terrenos donde el poder, ya sea político o religioso, estuvo presente desde la época de la conquista y los tiempos coloniales.
Pararse bajo esos arcos, observar las rejas forjadas de metal y disfrutar de los tres murales del artista Melchor Peredo García, considerado el último representante del muralismo mexicano, es viajar en el tiempo.
Es recordar las antiguas casas consistoriales, es decir la sede del poder político de la Nueva España, con la casa del alcalde mayor, el hospital y la Parroquia, porque en el pasado la Iglesia era poder.
Deambular por los pasillos, con sus escalinatas y su fuente interna, es caminar por el poder instaurado por los revolucionarios y recordar las desgracias no sólo con sismos, sino con malos gobernantes.
Las imágenes que plasmó el muralista para recordar el aniversario de la Independencia de México y que se encuentran registrados en el Archivo Histórico de Arte Contemporáneo de la Bienal de Venecia, son un deleite visual, solo basta detenerse un poco y mirar al cielo.
Tocar los barandales del grueso metal, pisar las losetas de ambos pisos y escuchar el cuchicheo de la burocracia es sumergirse a otro mundo.
El cronista de la ciudad, Vicente Espino rememora que fue en 1854 cuando se comenzó a edificar, con una sobria elegancia, distribuido en dos plantas y una fachada decorada, lo que sería la sede del Palacio Municipal de Xalapa, la cual había recibido la categoría de ciudad en 1830.
Fue hasta 1875 cuando la estructura es concluida y doce años después, a petición del entonces gobernador Juan de la Luz Enríquez, el Ayuntamiento les concedió el uso de su palacio municipal “por todo el tiempo que los poderes del ismo residan en esta ciudad”.
“Lo que conocemos ahora como palacio de Gobierno del estado, originalmente es el Palacio Municipal de Xalapa, desde el siglo XVI se estableció la alcaldía mayor de Xalapa, que era un formato jurídico que tenía la España”, recuerda.
Cuenta la historia que el terrible sismo de 7.3 grados que golpeó a Xalapa en 1937 obligó a las autoridades de aquel entonces a demolerlo y se reconstruyó un nuevo edificio, convertido en sede del Poder Ejecutivo, pero también del Judicial y Legislativo con una ampliación posterior.
El Templo de San Juan de Dios, que antaño se ubicaba en el sitio, fue reubicado enfrente, lo que hoy se conoce como la Catedral y el hospital de la época desapareció, al igual que el antiguo Monasterio de la Orden Franciscana y en su lugar fue diseñado e inaugurado la primera etapa de un hermoso jardín con kiosko, dedicado al Patricio de las Américas.
Un lugar, sin duda, que respira historia.
*Cerrado al público en general.