Edder y los rostros del pueblo

*Bajo su firma de “Cear”, con una técnica de mixta de aerosol y acrílicos, el artista llena el sur de Veracruz con murales de rostros de ancianos, niños, telares, y jaranas de los pueblos indígenas

Nadia Carrión

Cosoleacaque, Ver.- Los amables rostros de los ancianos y los niños de la comunidad aparecen en distintos lugares de los pueblos del sur de Veracruz,  siempre de la mano de una firma: “CEAR”.

Los telares, las piezas de pan de rancho y las jaranas se mimetizan con las figuras de las mujeres y hombres de las zonas indígenas de Tatahuicapan, Mecayapan, Pajapan, Soconusco, Soteapan, Chinameca, Jáltipan y Cosoleacaque, asi como de la región de los Tuxtlas.

Desde pequeño descubrió el gusto por dibujar. A sus 6 años, con frecuencia trazaba líneas, círculos y figuras, después el lápiz se convirtió en su aliado.

Cuando estudiaba la secundaria y preparatoria,  Edder Aguilar incursionó en el mundo del grafiti y el aerosol se convirtió en su fiel compañero de andanzas.

Culminó sus estudios como Ingeniero Industrial, ejerció durante dos años y decidió regresar a embellecer las calles.

Creó una firma que hasta el día de hoy lo acompaña, “CEAR”, con la cual lleva aproximadamente diez años convertido ahora en muralista, dejando su legado artístico municipios del sur de Veracruz.

“Me dedicó al arte cien por ciento. Como, vivo, respiro, desayuno, almuerzo y ceno arte todos los días, si no estoy pintando aquí en la casa tengo que estar practicando el dibujo”, se describe así mismo.

Su logo lleva un ojo, considera que son la esencia de la vida, por lo cual tiene un valor fundamental. Sus tonos favoritos son los anaranjados, amarillos y rosado.

Pintar rostros de gente nativa del lugar, con aportación cultural, con colores cálidos es la característica principal de Edder; incluso sus obras yacen en las viviendas personajes emblemáticos de Cosoleacaque.

Con una técnica mixta de aerosol y acrílicos, dedica hasta 60 horas a la semana a un mural, incluso trabaja sin bocetos; en su mente tiene la idea y la pasma al instante, sus obras siempre llevan flores, es su sello.

“Lo que más me gusta es pintar en la calle, por qué tienes contacto con la gente, ves el medio, conoces a la gente y conoces sus necesidades, lo que nosotros pintamos es lo que ellos quieren ver”.

Su obra favorita se encuentra en una escuela primaria, justo enfrente del palacio municipal de Cosoleacaque, donde plasmó a reconocidos artesanos del municipio, entre ellos a la Tía Cayita.

“Me encanta mucho pintar personas y la conexión con la naturaleza, eso incluye animales como aves, y mucha vegetación”.

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