“Yarini”, la Muñeca de las Ánimas

*En el imaginario de toda una ciudad, historias de terror envuelven una figura postrada en la ventana de una vivienda de la ciudad de Xalapa, pero la realidad se impone como un recuerdo de la maternidad

Javier Salas Hernández

Xalapa, Ver.- El imaginario colectivo le creó una historia. Se asegura que murió hace más de seis décadas y hoy, como un depredador que aguarda a la presa para atacar en el momento justo, “Yarini” espera pacientemente el día de tomar venganza de quien le arrebató la vida a los 4 años.

Escondida entre las cortinas del ventanal de una vivienda, a la llamada Muñeca de las Ánimas la envuelven historias fantasmagóricas: de vez en cuando –dicen- mueve los ojos y las manos, lo que ha petrificado y horrorizado a personas que han tenido la poca fortuna de dirigirle la mirada. En otros, el solo verla les produce que la piel “se erice” o se les ponga “de gallina”.

Cuenta la leyenda que hace más de 60 años, Sara, con esa inocencia que desborda una niña de tan solo cuatro años, jubada con su muñeca Yarini en la acera, frente a su casa, en el fraccionamiento Las Ánimas.

De pronto, su pelota rodó hacia la calle y la niña sin medir el peligro corrió por ella. No logró llegar a recoger la pelota, un imprudente automovilista la atropelló y la mató. Nadie se percató de lo ocurrido, solo fueron testigos mudos los árboles de Araucarias, que es el nombre de la calle donde ocurrió la tragedia y donde ahora se vive un hecho paranormal.

La señora Angélica –aseguran los xalapeños- mamá de Sara, desde ese día y hasta hoy, coloca todas las mañanas a Yarini en el ventanal de la segunda planta de su casa para recordarle al automovilista que le arrebató a su pequeña hija que tiene una deuda pendiente.  La “gente”, como si fuera algo tangible, cuenta que el espíritu de Sara se posesionó a la muñeca y espera vengar su muerte.

Las historias van y vienen, como un cuento de fantasmas y almas perdidas, pero la realidad siempre se impone. La señora Angélica nuevamente cuenta la verdadera historia de la Muñeca de las Ánimas.

Se trató del primer regalo de Día de Reyes para su hija. Es también una de las primeras muñecas grandes que caminaba, hablaba y cantaba y que causó sensación entre las niñas de aquella época.

Decidió colocar, cada mañana, la muñeca en el ventanal de su casa como un agradable recuerdo de su maternidad, de aquel día en que por primera vez sintió lo que es ser un Rey Mago. Por la noche la retira.

No hubo una niña muerta ni la muñeca está poseída.

Casi todos los días le cambia la ropa a “Yarini”, único dato cierto de la terrorífica versión que envuelve por más de 60 años a la Muñeca de las Ánimas.

 

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