*En 1993 fue inaugurado en la ciudad de Xalapa el llamado Paseo de los Profesores Ilustres, con hombres promotores de la educación
Javier Salas Hernández
Xalapa, Ver.- En un camellón de tres kilómetros de longitud, que se abre paso en medio de la transitada Avenida Xalapa, se rinde tributo a quienes dieron los primeros plumazos de lo que hoy es el sistema educativo mexicano.
Entre árboles frondosos por donde se cuelan los rayos del sol para darle un mayor esplendor, mujeres y hombres quedaron inmortalizados en el Paseo de los Maestros Ilustres.
“Al maestro con cariño”, reza el dicho popular y por eso en 1993 se concibió la idea de honrar a quienes trascendieron en la historia por su aporte a la educación en México.
“Ni son todos los que están, ni están todos los que son”, pero están algunos de los muchos que pasaron horas en vela, a los que sorprendió muchas veces los primeros rayos del sol dando un sorbo de café o tal vez, con un cigarrillo en la mano que se extinguía con la luz del alba.
Algunos no estuvieron de acuerdo porque todavía mantienen vivos los recursos de aquellos reglazos en las manos y brazos, los jalones de orejas y patillas, los que no tuvieron recreo por sufrir el castigo de estar parados en uno de los rincones del salón con las humillantes orejas de burro.
Sintieron el dolor de los gises y borradores voladores, lanzados desde el escritorio con una gran precisión que llegaban justo al objetivo: la cabeza, el pecho o el abdomen.
La mayoría se formó en la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen, donde salieron a revolucionar la educación de este país. Aunque también para algunos, criticados por su método de enseñanza de “las letras con sangre entran”.
El pedagogo suizo que llegó a México contratado por un adinerado comerciante para la educación de sus hijos fue llamado a Veracruz para fundar una Escuela Normal Experimental en 1886.
Hoy, vigila su majestuosa obra, sentado a un costado de la Escuela Normal veracruzana que lleva su nombre.
En 1993 recién inaugurado, el Paseo de los Profesores Ilustres, lucia una esplendorosa fuente, que hoy difícilmente podría ser rescatada por la escasez de agua.
En uno de los costados del paseo está el veracruzano Rafael Ramírez Castañeda, colaborador de José Vasconcelos y forjador de las escuelas rurales. En el otro extremo se encuentra Fernando López Arias, que no es profesor, pero desde la Gubernatura de Veracruz (1962-1968) fue promotor de la educación y responsable de la construcción del actual edificio de la Escuela Normal Veracruzana.
En medio de ambos se erige el profesor Guillermo Zúñiga Martínez, secretario de Educación de Veracruz y fundador de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz.
El Paseo de los Profesores Ilustres se puede recorrer en una tranquila y larga caminata, ignorando el desquiciante tráfico de la Avenida Xalapa.