*El ex velocista y medallista mundial está de vuelta en el atletismo, pero hoy para impulsar la carrera de su hijo y a nuevas generaciones desde el municipio turístico de Boca del Río
Katya López Cedillo
Boca del Río, Ver.- Alejandro revisa el cronómetro y para el conteo; ya no analiza sus propios cronos, ya no se trata de sus metas sobre el tartán. Hace 24 años ganó aquel histórico bronce en los 400m de los Campeonatos Mundiales de Atletismo en Sevilla, España -la primera medalla mundial del atletismo mexicano que no fue en caminata- y aunque ya no trabaja en su esfuerzo físico, se enfoca con dedicación, pues impulsa el desarrollo atlético de su hijo: Alejandro Cárdenas Rifka, de 17 años de edad.
“La ‘bronca’ es que el hijo se metió al atletismo y al meterse lo llevamos para que lo prepararan, pero después tuve que entrarle como entrenador. Tanto la mamá como yo íbamos de aficionados a verlo, pero ya entré al quite a entrenarlo…aunque no cualquiera está dispuesto a ser entrenador hoy en día”, confiesa Cárdenas Robles, después de ver a su hijo llegar a la final de 200m, en su tercer Campeonato Nacional de Atletismo de 1ª fuerza y, siendo un atleta Sub18, parar el crono en 21.45 segundos; además de ganar medallas en los Juegos Nacionales Conade.
“Es un caso especial este de Alejandro: él quiere que tanto la mamá como yo estemos aquí apoyándolo y claro que lo haremos; primero lo entrenaba solo a él y de repente algunas personas nos pidieron ayuda en sus entrenamientos y acepté para formar un equipo y que no entrenara solo. Este equipo empezó a crecer y mejorar, pasaron los años, hubo algunos resultados y hasta lo que es ahora estamos contentos con lo que vamos logrando”, expresó Cárdenas, quien regresó a la faceta de entrenador desde 2019; pues su primera incursión en dirigir los ritmos atléticos de nuevas generaciones fue entre 2005 y 2009.
Si bien nació en Sonora, Alejandro Cárdenas migró a la Ciudad de México para revolucionar su carrera deportiva, con la ayuda del entrenador polaco Andrzej Piotrowski (qepd). Poco antes de culminar su vida como atleta, se casó con la veracruzana Romary Rifka, quien es hasta hoy la única persona de México con un oro de Juegos Panamericanos en salto de altura (Río 2007).
Así, la familia Cárdenas Rifka se mudó a Veracruz. Allá nació la pequeña Romary que gracias al tenis desarrolla su carrera deportiva y académica, pues estudia Ciencias de la Salud en la Universidad de Missouri, después llegó Alejandro Jr. y hoy Boca del Río es el epicentro de sus esfuerzos.
“Hemos sido muy afortunados en tener los hijos que tenemos y las personas a nuestro alrededor que nos han apoyado incondicionalmente. Por ejemplo el coach Piotrowski nos apoyó hasta su último suspiro”, compartió el ex velocista de 48 años de edad y ve con nuevas perspectivas impulsar a un atleta de su propia sangre.
“La guía siempre va a existir y el apoyo también pero ya es distinto. No solo como padres, ahora como entrenadores. Hemos tenido que construir un proyecto para Alejandro desde cero, porque esta chiquito. No puede hacer en entrenamiento ni en cargas de trabajo lo de los adultos, debe construir su base deportiva e ir creciendo año con año; es un niño y por ahora tiene que entrenar como un niño…No podemos decir lo que queremos proyectar porque van a decir que estamos locos (risas) pero hay que llegar hasta donde nos permita Dios, transmitir el conocimiento, tanto de la mamá como el mío, hasta los niveles que se pueda llegar y cuando entre a la Universidad, en dos años, ya va a estar más bajo las instrucciones del entrenador de su Universidad pero con una base deportiva firme”, garantizó el tres veces medallista panamericano.
Hoy la familia Cárdenas Rifka ve crecer al pequeño Alejandro, pero también a nuevos talentos veracruzanos.
“Estamos muy contentos. La verdad es que Romary como yo hemos tratado de conformar un buen grupo. Es la primera vez que Romary se incorpora formalmente a trabajar con el equipo y ya tiene cerca de 40 niños de entre 12 y 14 años de edad”.
Pero todo comenzó con los deseos del joven Alejandro por escribir su propia historia en la pista.
“Estamos muy contentos porque ha estado en tres Campeonatos Nacionales de 200m, claro que tiene condiciones (para el alto rendimiento) pero está chico y está haciendo una carga de entrenamiento a favor de su cuerpo y de su desarrollo; todos sabemos que la preparación para una prueba de 400m o de 800m es muy dura, requieres un trabajo y unos entrenamientos que casi parecen inhumanos”, analizó el ex velocista.
Uno de los grandes legados del profesor Andrzej Piotrowski no solo fue llevar a Alejandro Cárdenas al podio mundial, también enseñarlo a guiar a los atletas con el mismo cuidado que lo dirigió a él.
Así, la semilla del deporte sigue floreciendo en el corazón de la familia Cárdenas Rifka y ha crecido tanto que invita a más jóvenes de Boca del Río a desarrollarse bajo el conocimiento y apoyo del primer atleta que demostró la calidad de velocistas que existen en el país y quien hoy lleva a Veracruz a estar entre los mejores de México.