*La short stop del Veracruz, Daniela Leal no solo es parte de la primera generación de la Liga Mexicana de Softbol; además fue pieza clave para crear los uniformes de todas las jugadoras del circuito
Katya López Cedillo
Veracruz, Ver.- De no ser por la obsesión de ganarle a sus hermanos, Daniela Leal no escribiría tan radiante historia. La jugadora es parte de la primera generación de la naciente Liga Mexicana de Softbol (LMS) y fue pieza clave para crear los uniformes que usarán todas las peloteras, aguerridas pioneras que con cada jugada buscan abrir una nueva puerta para las mujeres en el deporte profesional de México.
Juega de short stop con el Águila de Veracruz y muy pequeña conoció el bot de madera, pero lo cambió por el de metal.
“Yo empecé en el beisbol a los siete años de edad porque la Liga Petrolera está muy cerca de mi casa. Tengo dos hermanos y siempre hemos sido muy competitivos, por eso nunca fue extraño para mi jugar con niños…además era la única forma en que yo podía jugar, pero a los 13 años descubrí el softbol y desde entonces hasta ahora he jugado este deporte”, comparte Leal Aguilar.
Pasaron más de 20 años desde que aquella niña ingresó al diamante corto hasta reinventar todas sus técnicas y tácticas, hacerse más veloz y asertiva en el infield, hasta adueñarse de una de las posiciones más complejas y dinámicas del deporte: paradora en corto y convertirse en un talento de exportación, pues con su nivel deportivo logró una beca académica para defender los colores de las Baylor University.
“Mi mayor sacrificio fue dejar todo atrás: a los 28 años dejar familia, casa, costumbres, vida, hasta dejar mi idioma, para cumplir mi sueño; pero estoy agradecida con el deporte porque Dios y mis habilidades me hayan permitido pagarme una universidad en Estados Unidos; estuve allá por ocho años y terminé la maestría en Negocios Internacionales que además ahora ejerzo y eso es una bendición”, confesó la jugadora, quien guío a su equipo a su segunda Serie Mundial Colegial y se convirtió en la líder jonronera del equipo, además fue una de las mejores de su conferencia y llamada al tercer equipo All American en 2011.
Su carrera la llevó no solo a abrir una puerta personal, también para darle voz a las softbolistas que ahora se integran a la LMS pues además de superar los tryouts de la LMS, desde antes ya trabajaba con la marca deportiva New Era y fue este el socio comercial que decidió vestir a todos los equipos del naciente circuito femenil.
“Fue un proceso muy emocionante. Desde que se presentó el proyecto de la Liga, el llevar a la parte comercial y hacer alianza con la Liga Mexicana de Beisbol para participar y ser patrocinador oficial de todos los equipos fue un gran impulso desde el inicio porque pudimos confeccionar los uniformes pensando en que sean lo mejor para todas las jugadoras con la tecnología que manejamos para movernos con facilidad; pertenecer a este gran proyecto con la Liga, sentirme escuchada para crear algo tan importante como los uniformes y apoyar no solo a mi equipo, sino a todas las demás ha sido algo muy especial y espero que todas las jugadoras lo vean y lo aprovechen”, consideró Daniela, quien en cada entrenamiento y en cada partido tiene cuatro palabras en su mente:
“No pain, no gain”, que traduciría como “Sin sacrificio no hay victoria” y es a donde busca llevar al Águila de Veracruz en su primera temporada con mujeres jugando en el diamante corto.