En Identidad Veracruz estamos ciertos de que la cultura y el arte han sido dos de los pilares de la humanidad. Veracruz se ha caracterizado por tener un enorme apego al mundo editorial. Desde el siglo XVIII hay muestras de este afán libresco. Durante el siglo XIX los diversos periódicos y revistas empezaron a inundar las calles de Veracruz y la creación de la Editora de Gobierno, en 1888, fortaleció esa labor. Ya en el siglo XX fueron muchas las empresas editoriales, pero sin duda la fundación de la Editorial de la Universidad Veracruzana, en 1957, vino a robustecer una enorme tradición editorial que no ha cesado hasta estos momentos.
Queremos aquí, en Identidad Veracruz, dar cabida a sugerencias de lectura escritas por Rodolfo Mendoza, a quien le damos la bienvenida. Sabemos que los libros y los autores no tienen fronteras, y esperamos que estas sugerencias motiven el hábito de la lectura entre todos nuestros lectores.
Rodolfo Mendoza
¿Habrá una obra canónica en la literatura del siglo XX? ¿Diríamos que En busca del tiempo perdido o El hombre sin atributos? Tal vez, pero más allá de estas habría que hablar de Ulises de James Joyce: obra fundamental de las letras universales, uno de los clásicos contemporáneos.
Como todo clásico, el Ulises se ha vuelto un libro poco leído. Como Homero, Séneca, Chaucer, Shakespeare, Dante o Cervantes, el nombre de James Joyce es multicitado, pero eso de ninguna manera quiere decir que leído. Si hiciéramos una encuesta para conocer a los lectores de tres clásicos del siglo XX Proust, Musil y Joyce, veríamos que son nombres conocidos por las masas, y sin embargo poco leídos.
Joyce nació en Dublín en 1882, hijo de un padre caído en la ruina. Se educó con los jesuitas, primero en una escuela de clase media, y después en una escuela para pobres. Como buen irlandés, era un reacio católico, hasta que rompió con la Iglesia mientras era estudiante de universidad. Conoció en esos años a Nora Barnacle (lea el lector interesado la correspondencia entre Joyce y Nora: verá ahí muchas de las razones y circunstancias que llevaron a Joyce a idear una obra como la que reseñamos aquí), una camarera, también pobre, y con la que viviría el resto de su vida. Con ella abandonó Irlanda, para irse a vivir a Trieste, París y Zürich, en compañía de sus dos hijos. En esa época se ganó la vida como profesor de inglés, padeciendo la estrechez económica.
Su primera obra, publicada todavía en Dublín, fue Música de Cámara, reunión de poemas que le dio cierta notoriedad. Sin embargo, los dos libros que lo llevaron a una reputación literaria en el mundo de lengua inglesa fueron Dublineses y Retrato del artista adolescente: el primero, un libro de cuentos que fue una revelación. Deudores de una narración clásica, en estos cuentos se ve ya al autor que daría más tarde su obra capital. La segunda se trata de una novela que es, sin duda, autobiográfica: ahí se narra la vida de Stephen Dedalus, un adolescente que empieza a forjar su vida en el arte.
Ulises fue la obra que catapultó la fama de Joyce. Se empezó a publicar por entregas en la revista Little Review de estados Unidos, pero fue prohibida. Vio la luz de manera definitiva en 1922 en París, Francia. La obra podría parecer en apariencia difícil, pero es tan difícil como el lector la quiera hacer, pues se trata de una obra magnífica. Habría que desmitificar esa idea que tienen los lectores de que se trata de una obra espinosa. Ulises narra 24 horas en la vida de Leopold Bloom y Stephen Dedalus, que reaparece nuevamente en la obra joyciana.
Ulises es una obra profunda en cuanto a tema y técnica: podemos leer grandes pasajes a donde se aborda la cuestión del arte y, particularmente, de la escritura. Se repasan muchos estilos literarios y se profundiza en el arte de escribir.
Con Ulises, Joyce dio a las letras universales la posibilidad de revitalizar a un clásico (Odisea de Homero) y darle un giro a las letras. Ulises: un clásico que debe ser desempolvado y al que hay que darle una nueva lectura en este naciente siglo XXI.
Y una útlima sugerencia que podría ayudar: si todavía le teme un poco al Ulises, empieze con el libro James Joyce, la más grande biografía –de hecho, modelo y epítome de este género– sobre el irlandés y escrita por Richard Ellmann.