Rodolfo Mendoza
Cuando en 1969 Jorge Herralde fundó la editorial Anagrama quizá no pensó (sobre todo después de varios intentos que acabaron en descalabros) la importancia que iba a tener su trabajo para la cultura de lengua española. Anagrama es ahora una casa que mantiene más de media docena de colecciones y tres premios por demás importantes: el Premio Anagrama de ensayo, el Premio Herralde de novela y el Anagrama de Crónica. En ellos los ganadores son escritores, pensadores y críticos de primer nivel. La valía de esta editorial está fuera de duda, publicar ahí es el sueño de muchos escritores, pues su catálogo contiene, en sus diferentes colecciones, a las mejores plumas de todas las lenguas.
En la colección Narrativas hispánicas, por ejemplo, se han publicado a los mejores escritores en lengua española: Javier Marías, Sergio Pitol, Álvaro Pombo, Juan Villoro, Sánchez Ostiz, Cueto, Chirbes, etcétera. Y, por lo que toca a la enorme colección Panorama de Narrativas, se puede decir, sin meditarlo mucho, que es la más importante reunión de escritores de todo el mundo, con una notable predilección por la lengua inglesa e italiana. Entre los ingleses sólo hace falta nombrar a los llamados Young British Novelist para saber que todos ellos están en el catálogo de Anagrama: Kureishi, Ishiguro, Barnes, Amis, McEwan y Swift. Aunque también los galeses y los irlandeses, entre los que hay que destacar, sobre todos, a John Banville.
Banville nació en Irlanda en 1945. Su obra es extensa, aunque no siempre estuvo en el catálogo de Anagrana, antes tuvo dos novelas en Edhasa (Copérnico y Kepler), y dos en Península (Mefisto y La carta de Newton). Pocos años después de publicadas estas, Anagrama lo convirtió en autor exclusivo y ahí fueron a parar sus novelas posteriores, quizá las mejores: El libro de las pruebas, El intocable, Eclipse y, de la que nos interesa hablar aquí: Imposturas.
En Imposturas, Banville cumple como uno de los más grandes novelistas de todos los tiempos. Su narración es la historia de Alex Vander, filósofo y académico que después de la Segunda Guerra Mundial emigró hacia Estados Unidos, a la Universidad de California, en donde se convierte, inmediatamente, en el académico más célebre de esa prestigiosa universidad. Sin embargo, tiene un pasado que teme se descubra. Y su impostura se verá rodeada de otras imposturas que el lector debe ir descubriendo. Sin que esta sea una novela policiaca (pues estas las firma Banville con el pseudónimo de Benjamin Black y editadas por Alfaguara), Imposturas es una novela que no indaga en un crimen, si no en un alma.
El gran George Steiner ha dicho de Banville que es “el escritor de lengua inglesa más inteligente, el estilista más elegante”.
