Rodolfo Mendoza
El título de este libro de Joseph Casals no está exento del coqueteo con Goethe: Las afinidades electivas. La “afinidad” no es sólo una proximidad o una analogía, sino una semejanza de una cosa con otra. Bajo este entendido, Casals crea una serie de parejas o dúos de personajes que fueron no sólo imprescindibles para el pensamiento vienés, sino para la inteligencia universal.
Afinidades vienesas (Sujeto, lenguaje, arte) de Josep Casals es un clásico obligado para entender el arte del siglo XIX y XX y, sobre todo, la transición de uno a otro. Ganador del XXXI Premio Anagrama de Ensayo, este libro se escribió en más de quince años. Empezó como una tesis doctoral de Casals, reposó algunos años y fue retomada por su autor hasta convertirse en un libro de notoria escritura y conocimiento. Un trabajo como este se igualará al ya clásico La Viena de Wittgenstein de Janik y Toulmin.
En el “Prólogo” a este libro José María Valverde dice que “Aquellos vieneses no sabían que eran tan importantes –y el mundo no se dio cuenta tampoco hasta mucho después.”. Cierto, aquellos vieneses vivían sus vidas entre amoríos, teatros, cenas y tertulias que pareciera no dejaban tiempo para la creación. Era el tiempo del ajenjo, el opio y la bohemia. Vistos esos años por sus contemporáneos parecía que los vieneses cultos, los artistas, los poetas y los músicos se pasaban la vida intercambiando amantes y dejando la obra para otro momento. Pero al paso del tiempo, se empezó a ver que aquellos vieneses habían creado —como si hubiese sido planeado— todo un sistema artístico y de pensamiento insuperable hasta la fecha.
Casals inicia su estudio de casi setecientas páginas con una “Obertura” en donde de acuerdo a la fórmula musical, recrea y sitúa el contorno de su investigación. Aquí, el también autor del célebre Expresionismo. Orígenes y desarrollo de una nueva sensibilidad, nos plantea un escenario histórico en el que nos demuestra la identidad de la Viena decimonónica y el llamado fin-de-siecle. En la Primera parte, titulada “Sujeto y lenguaje”, empieza a plantear su modo de estudio, analizando por parejas a los artistas y pensadores; así, inicia con Weininger y Kraus, dos de las mentalidades más preclaras de la crítica y el pensamiento. Las parejas que va analizando son: Freud/Schnitzler, Mauthner/Hofmannsthal, Wittgenstein/Musil, Mahler/Schönberg, Klimt/Schiele y Otto Wagner/Loos. Como se podrá observar, la música y la arquitectura no le fueron ajenos en este trabajo a Casals, quien redondea perfectamente todas las artes, para darnos una visión de ese calidoscopio que fue el tránsito del siglo XIX y XX.
Las Afinidades vienesas de Casals son también afinidades electivas. Aunque evidentemente no hubo un plan de creación comunal o mutuo entre estos artistas, escritores, músicos y arquitectos, es sorprendente ver, leer y reflexionar sobre esto, pues es increíble que un consciente (¿o inconsciente?) colectivo haya creado todo un aparato artístico alrededor de una ciudad.
