Tejiendo sueños con estambre y amor

*Darle forma a las figuras de Harry Potter, Ron Weasley, Hermione Granger y hasta a Albus Dumbledore significó un antes y un después en la pasión por el tejido de la cordobesa Jaquelinne Páez

Miguel Ángel Contreras Mauss

Córdoba, Ver.- Desde ese primer tejido, descubrió una pasión que no ha dejado de crecer.

“Me encantó tejer”, dice con una sonrisa Jaquelinne Páez, quien comenzó su travesía en el mundo del tejido casi por accidente, con la llegada de su hija Sofi.

Pronto, hizo un abrigo para Sofi y con el estambre que le sobró, decidió aventurarse en la creación de un muñeco. Buscó tutoriales en línea y, con dedicación y paciencia, confeccionó su primer amigurumi, un término japonés que significa “muñeco de apego”.

“Quería que tuviera algo que su mamá le había hecho”. Así, tejió una cobijita para su recién nacida, una manta que se convirtió en el primer objeto que cubrió a Sofi el día de su nacimiento.

Lleva ya seis años tejiendo, la misma edad de Sofi, y su habilidad y creatividad no han hecho más que florecer.

“Me encanta estar creando cosas nuevas”, comparte. Sus muñecos, que vende a través de redes sociales y boca a boca, han sido recibidos con entusiasmo por sus clientes. “Me gusta cuando la gente a quien le vendo mis muñecos les agrada. Poco a poco, me voy dando a conocer con mis creaciones”.

Uno de los hitos más importantes en su carrera como artesana fue un pedido especial: figuritas de Harry Potter.

“Fue cuando di un paso más grande en esto del tejido”, comenta. Este proyecto marcó un antes y un después en su trayectoria, consolidando su confianza y habilidades.

Para Jaquelinne, el tejido es más que una afición, es una forma de arte. Prefiere trabajar con estambre o hilaza, materiales que, según ella, estilizan mejor los muñecos. “Sí lo considero un arte”, afirma. “Hacer este tipo de artesanías requiere de mucha paciencia”.

Hoy  continúa tejiendo con la misma pasión y amor con los que comenzó. Cada nueva creación es una muestra de su talento y dedicación, y sus amigurumis son testimonio de cómo unas manos habilidosas pueden transformar simples hilos en figuras llenas de vida y encanto.

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