*Casi cuatro décadas se cumplen de la apertura de la primera cafetería de la familia Andrade en el puerto de Veracruz, una costumbre cafetalera para los porteños
Diana Rojas
Veracruz, Ver.- En un clima privilegiado, bañadas con los rayos del sol que hacen resaltar sus notas, las cosechas de café de la finca “El Pino” -propiedad de la familia Andrade- pasan por una cuidadosa selección y limpieza de los granos que son preparados para resaltar su exquisito sabor y mágico aroma.
Detrás los granos de café se encuentran manos veracruzanas comprometidas y entusiastas, que trabajan desde hace años la tierra. Desde 1938, don Marco Antonio Andrade Gálvez comenzó a sembrar inspiración para cosechar un legado a aroma de café, el cual, creció con pasión por el trabajo duro.
Marco Antonio Andrade Gálvez fue la primera generación de la familia Andrade relacionada con la tradición cafetalera, más tarde su hijo, José Luis Andrade, quien pasó gran parte de su vida en la zona de Coatepec, entre cafetales, beneficios y tostadores entendiendo todo detrás del tan aclamado grano sería quien impulsaría una marca que se volvería un referente veracruzano.
La idea de crear una cafetería-expendio surgió en el hijo del patriarca. Así, junto a su esposa Jacqueline Arenas Bahena, abrieron el 18 de mayo de 1985 la primera cafetería Andrade en la plaza Mocambo del puerto de Veracruz.
El matrimonio pasó por un largo trayecto con altibajos propios de un emprendimiento, fue la paciencia y el trabajo constante lo que formó algo pequeño en un próspero negocio.
El objetivo principal era buscar que el cliente probara el café a la taza para que se convenciera de su calidad y así adquiriera la bolsa de café molido. Una bolsa fabricada por ellos mismos de 500 gramos, lo que hoy en día se consideraría un producto artesanal y rustica, está dentro del recuerdo de los primeros años en la historia de la cafetería.
La beneficiosa marcha del negocio, permitió la apertura de dos nuevas sucursales: en 1990 es abierto Café Andrade ubicado Boulevard Ávila Camacho y en 1992 es abierta la sucursal ubicada sobre la calle Mario Molina.
Compartir el conocimiento de generación en generación fue el máximo objetivo de José Luis Andrade Gándara, en su afán de mejorar la calidad del café de la familia, creó altos estándares de producción, sabor, aroma, calidad y pureza que han sido determinantes.
Actualmente, son 3 generaciones de apasionados por el café y todo lo que rodea esta cultura, para lograr que cada grano lleve toda la experiencia acumolada con los años.
“Estamos orgullosos de ser productores de nuestro café, y sin duda estamos a la altura de los mejores cafés del mundo, pues todos y cada uno de los procesos desde la semilla hasta la taza son minuciosamente cuidados para lograr ese café extraordinario que todos hemos probado”, afirma Josua Andrade Arenas, quien lleva -junto a su hermano Julem Andrade Arenas- el liderazgo de la empresa veracruzana.