Los rojos de ultramar de Jordi Soler

* Enrique Vila-Matas, quien es un faro cuando recomienda libros, ha dicho de Los rojos de ultramar que es un “Fascinante ejercicio narrativo”.

Rodolfo Mendoza

A casi noventa años del inicio de la Guerra Civil Española la literatura sobre el tema se acrecienta, y las nuevas ediciones y reimpresiones se hacen ver en las librerías a medida que se acerca la fecha de sus cien años.

La Guerra Civil Española se ha vuelto un tema literario muy explotado, pero no por eso gastado o anodino; al contrario, cada día leemos más y mejores novelas y cuentos sobre este tema; amén de los estudios de toda índole o de los rescates necesarios.

Si la parte histórica ha plantado sus límites sobre el tema, si la izquierda y los posfranquistas tienen sus propias versiones de esa época, es la literatura la parte que nos hace adentrarnos más y más a un mundo en el que el hombre vivió una experiencia extraordinaria.

Es de todos sabido la gran ayuda brindada desde México a través del presidente Lázaro Cárdenas, presidente de entonces y que fungiera como valedor de aquellos españoles que salían abrupta y tristemente de su país. Cárdenas, para los españoles republicanos, era una suerte de presidente moral; en Cárdenas los españoles exiliados en México veían una figura que en otro momento les había ofrecido Azaña. Pues esta historia, la de los españoles exiliados que pasaron primero por Francia para poder llegar a México, es la historia que cuenta Jordi Soler en Los rojos de ultramar, novela edita por Alfaguara y que alcanzara ventas altísimas en España desde el momento de su publicación. Enrique Vila-Matas, quien es un faro cuando recomienda libros, ha dicho de ella que es un “Fascinante ejercicio narrativo”.

Los rojos de ultramar de Jordi Soler es una obra que va a caballo entre la historia autobiográfica y la ficción. Soler es un maestro en la construcción de una atmósfera que nos permite acercarnos a una “realidad real” a través de una “realidad ficticia”. La portada, por ejemplo, es la foto del carnet militar de su abuelo, protagonista de la historia. Los rojos de ultramar inicia con el narrador que es (dentro de esa historia “real”) el propio autor, se sitúa en Galatea, pueblo —en aquel momento— que el lector identificará con Córdoba, Veracruz, y en La Portuguesa, lugar que uno sospecha una hacienda o pequeño pueblo de los alrededores de Córdoba. A partir del segundo capítulo la historia es un ir venir por el tiempo, por la historia de Arcadi, abuelo del narrador, y por la historia contemporánea y de cómo vemos ahora aquel suceso bélico.

Decíamos líneas arriba que la presencia de Lázaro Cárdenas fue fundamental en el conflicto español, así como (hay que decirlo) la presencia del embajador de México en Francia. Sin que eso lo narre la novela, el lector atento de ese episodio sabrá que Cárdenas incluso rentó lugares en los que ofrecía protección diplomática a los españoles exiliados en Francia y quienes no recibían, en modo alguno, un trato decente, pues Francia había sido ya invadida por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Pues bien, en uno de esos lugares Arcadi lográ abordar un buque que lo traería a Veracruz y desde donde iniciaría un complot para asesinar a Franco. Novela autobiográfica, de intriga, policial o política, como se le quiera ver, Los rojos de ultramar de Jordi Soler es una novela que pasará a la historia como un buen complemento para conocer aquellas microhistorias que se vivieron en el exilio.

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