La histórica alameda porteña

*La arboleda “Salvador Díaz Mirón” cuenta con más de 200 años de antigüedad en el puerto de Veracruz; se trata de un paseo de recuerdos, como cuando el Ejército mexicano marchó y se rindió al ejército invasor de Estados Unidos

Diana Rojas

Veracruz, Ver.- Desde la avenida Simón Bolívar hasta el parque Zamora, ubicado en el centro de la ciudad porteña de Veracruz, se extiende la Alameda Salvador Díaz Mirón: dos kilómetros y medio de paseo con más de 200 años de antigüedad.

En sus alrededores alberga recuerdos, en las copas de sus árboles aún se escuchan los susurros de otros tiempos, en medio de las paredes de luz que dejan pasar los longevos arboles aún se alcanzan a ver las siluetas de las sombras de otros tiempos.

Un corredor arbolado que sirve a los transeúntes para protegerse del intenso calor veracruzano, por las mañanas el bullicio de la ciudad costera silencia los sonidos de las aves que abundan sobre las ramas, los trabajadores apresurados caminan a través del camino que los protege de un río de autos a cada lado.

La alameda de la Avenida Díaz Mirón en otro tiempo fue espacio de esparcimiento, hoy en día es un pasillo de alto follaje, los patinadores y ciclistas avanzan a toda velocidad seguros de que el tráfico ahí no será un peligro para ellos.

Desde finales del siglo XVIII todos los días el corredor de verdes muros ve pasar a los veracruzanos, algunos a prisa y otros disfrutando el espectacular verdor, durante la época de lluvias los colores se hacen más intensos y se detecta un ambiente más fresco en los alrededores.

La Alameda es uno de los paseos más representativos y antiguos del primer puerto de México eventos históricos tuvieron como escenario la avenida Díaz Mirón, como el del lejano 29 de marzo de 1847, cuando el ejército mexicano que defendió la ciudad de Veracruz, marchó derrotado por la actual av. Díaz Mirón y se rindió al ejército invasor de Estados Unidos, al llegar al lugar denominado en aquel entonces como Cruz de Alvarado.

Con el paso de los años la alameda ha experimentado cambios, historiadores aseguran que en otro tiempo estaba completamente iluminado, había bancas para descansar, incluso fuentes muy representativas como la de los flamingos sobre la avenida Juan Enríquez, la de los Niños Pescadores, así como la del caballito de mar y el caracol, las cuales fueron diseñadas por el escultor Augusto Escobedo, las cuales fueron construidas en 1969 y para el año 2011 fueron retiradas.

Las cuatro esculturas de bronce ubicadas en la fuente representaban la vida de Veracruz: un caballito de mar, una concha marina y un coral, de los cuales brotaba agua todo el tiempo.

Las parejas acudían a sentarse a sus orillas en la década de loz 70´s, el sonido del agua en pleno centro de la ciudad relajaba a los paseantes. Actualmente la fuente de los niños pescadores se encuentra en la avenida Allende Norte.

A pesar de que la Alameda de Díaz Mirón ha tenido etapas difíciles ya que se talaron centenares de árboles en un puerto que necesita áreas verdes por la intensidad del calor, un hecho lamentado para los lugareños, siguen sus frondosos árboles y palmeras firmes y en crecimiento.

La estatua del poeta Salvador Díaz Mirón, rinde homenaje al personaje que nació e hizo su vida profesional y política en tierras jarochas, se encuentra en el extremo que atraviesa la avenida Bolívar. Una imponente figura de bronce, el ex diputado de Veracruz señala con un dedo de manera impositiva, una estampa de autoridad que transmite severidad y elegancia gracias al porte de las ropas de la época y un ceño fruncido acompañado de un gesto grave.

Salvador Antonio Edmundo Espiridión y Francisco de Paula Díaz Ibáñez era el nombre completo del reconocido poeta, quien nació el 14 de diciembre de 1853 en Veracruz, y llegó a ser un referente que enorgullecería al estado por su lirica y estilo de escribir. Abrazó el romanticismo como su estilo de plasmar su alma y fue además de los principales precursores del modernismo.

Un personaje digno de bautizar una Alameda de recuerdos con su nombre, el cual quedaría ligado a numerosos recuerdos de personas que cruzarían por la avenida.

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