*La estructura de una vieja fábrica de aluminio en el puerto de Veracruz alberga hoy una plaza de un contraste armónico, de fresco abrigo de la sombra, aire que viaja desde la costa y ventila los anchos pasillos
Diana Rojas
Veracruz, Ver.- Risas de niños se estrellan en el vacío y producen un eco lejano, el espacio abierto se levanta imponente hasta que choca con una fila de columnas de concreto.
La plaza Nuevo Veracruz se levanta por pilares que funcionan como soporte para techos de aluminio, los cuales encierran una rigidez geométrica, no obstante, la versatilidad y flexibilidad se encuentran en su oferta de restaurantes y actividades para el esparcimiento.
En la zona urbana de Veracruz, un recinto industrial olvidado se vuelve en un área de juegos, de ocio y convivencia. El antiguo gigante que producía aluminio es hoy en día el cuerpo recubierto por el mismo material, al caminar por los comercios no se deja de sentir un aire industrial, en los techos se avistan ganchos de poleas que pudieron haber cargado cientos de kilos hace apenas un par de décadas.
Una explanada de cemento de varios metros cuadrados podrían no ser la mejor idea en una ciudad costera donde las altas temperaturas son recurrentes todo el año, sin embargo, al ponerse a la sombra de los altos techos de la antigua fábrica de aluminio se siente el fresco abrigo de la sombra, el aire que viaja desde la costa y ventila los anchos pasillos.
A lo largo del recinto se aprecian espacios dispuestos con armonía, respetando la belleza del entorno, la desértica duna playera ondea en las afueras, mientras que en su interior los visitantes caminan entre áreas jardineadas.
La antigua planta industrial fue diseñada por el arquitecto español Félix Candela, quien habría de diseñar en México y el resto del mundo vanguardistas estructuras, lugar en el que se resguardó y dotó de magnificas obras arquitectónicas tras la Guerra Civil española.
Otras construcciones emblemáticas en México diseñadas por el arquitecto Candela fueron Los Manantiales en Xochimilco, durante la década de los 50´s, las estaciones de metro de San Lázaro, Candelaria y La Merced y, una de sus obras más reconocidas, el Palacio de los Deportes para los Juegos Olímpicos del 68.
Hace más de 20 años la fábrica de aluminio ALMEXA cerró sus puertas, y fue hasta que la empresa Inmuebles Carso retomó el recinto y se integraron reconocidos restaurantes que eligieron la plaza como anfitriona. Una oferta que no se ha visto alterada desde su apertura en el 2013, se aprecian un vaivén de personas y el coloso de aluminio perdura con su interior armónico contrastante de su áspero exterior.
A pesar de ser una plaza alejada del bullicio céntrico de la ciudad costera de Veracruz tiene un tráfico de visitantes considerable durante los fines de semana y temporada de vacaciones.
El horario ideal para pasearse por sus alargados y poco concurridos pasillos es cerca del atardecer. La luz natural baja, se enciende las lámparas y los jardines rebozan de lamparillas en el césped.
Cae la noche y es mejor marcharse, ¿cuántas historias guardarán sus altas paredes de cemento?, que junto con su belleza protegen generosamente de la lluvia y del implacable sol veracruzano.