*El mágico mundo infantil del puerto de Veracruz, que alberga a todos los personajes de Francisco Gabilondo Soler, evoca infancias pasadas y presentes de cientos de jarochos
Diana Rojas
Veracruz, Ver.- Bordeado de árboles frondosos y olor a flores, existe un parque que es el hogar de la patita, el ratón vaquero, la muñeca fea, la negrita cucurumbé, el negrito sandia, e incluso de las vocales. Se trata del Parque Crí Crí.
Su sola mención, lo convierten en uno de los mejores recuerdos de la infancia de miles de veracruzanos. En su interior, habitan toboganes, resbaladillas, puentes, pasadizos de colores, sube y bajas, ruletas, campos de obstáculos en miniatura, columpios y murales de tonos vivos que cuentan las canciones que el grillito cantor entonaba en la radio durante los años 50´s y 60´s.
El parque Crí Crí, ubicado sobre la avenida Díaz Mirón del puerto de Veracruz, parece un mundo aparte, un mundo que a pesar de estar ubicado en pleno centro de la ciudad de Veracruz alberga magia e inocencia, un espacio al aire libre para que los más pequeños de la casa gasten toda la energía que suelen tener.
Desde hace más de 50 años que fue construido y hasta la fecha se reúnen familias para pasar una tarde agradable, a la sombra de altos arboles de mango se escuchan el repiquetear de pasitos yendo de un lugar a otro, gritos de emoción y risas son la música que adornan los personajes de don Francisco Gabilondo Soler.
Francisco José Gabilondo Soler, quien fue mejor conocido como Crí Crí, nació en 1907 en la ciudad de Orizaba, se presentaba en la XEW desde 1934 cantando varios de los temas que creó sobre sus vivencias de cuando era niño, así se dio a conocer como “Crí Crí el grillito cantor”.
Después de 28 años de deleitar a familias con sus historias fantásticas, Gabilondo Soler se retiró en 1962, han sido muchos los monumentos, parques y calles que fueron nombrados en su honor, principalmente en su natal Orizaba y en el puerto jarocho.
Dentro del pequeño mundo de Crí Crí, un tren mecánico atraviesa el parque, cruza todo el terreno y viaja a una inofensiva velocidad para que sus pasajeros admiren el entorno y sientan una travesía sobre los rieles.
En la entrada del lado de la avenida Miguel Alemán, se encuentra la estatua del autor, rodeado de naturaleza, al lado del mercado de flores de Díaz Mirón, la mayoría de los visitantes que pasan junto a ella son pequeños que van de un lado para otro extasiados de alegría.
El parque Crí Crí está abierto de martes a domingo, sin embargo, es recomendable visitarlo durante el fin de semana, ya que los juegos mecánicos se encienden y el horario está extendido.
En los recuerdos guardados de aquellos que visitaron durante su infancia el encantador parque las resbaladillas lucían más grandes, las escaleras eran anchas y altos escalones, los juegos mecánicos parecían imponentes.
En la actualidad, sin la luz espectacular de la infancia y las dimensiones de un adulto, la brillantez es moderada, inclusive la canción de “Las Brujas” que era temible cuando la transmitían en las bocinas del parque ahora se escucha adorable.
El parque Crí Crí es un lugar mágico que incrementa su encanto bajo la luz de la infancia, visitarlo cuando se es niño, aunque sea una vez, construirá un recuerdo apreciable para el resto de la vida.